09/11/2018 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
Da hasta risa escuchar los argumentos de políticos cuando la justicia empieza a correr tras ellos. Cuando el fiscal José Domingo Pérez acusa contundentemente a Keiko Fujimori, Pier Figari, Ana Hertz, Jaime Yoshiyama y otros, por presunta pertenencia a organización criminal lavadora de activos, me quedan muchas dudas respecto a si calzan o no los hechos en la categoría criminal escogida por el mediático fiscal; pero no tengo ninguna duda de la inexistencia de persecución política a estos señores.
Suena a majadería la argumentación de los representantes de Fuerza Popular. Suena a conmigo no te metas. Suena a que pueden investigar a cualquiera menos a mí. Suena a que soy el rico papito o la rica mamita. Nanay. Eso no es así. Cuando el fiscal Pedro Gonzalo Chávarry acusa constitucionalmente al señor expresidente Pedro Pablo Kuczynski, a la expremier Mercedes Aráoz y al exministro Carlos Bruce me saltan dudas sobre si hubo un diálogo sincero progobernabilidad entre el gobierno de entonces y algunos congresistas comandados por Kenji o una vulgar compra de votos para salvar a PPK de una inminente vacancia. Me quedan dudas sobre la ausencia de Kenji en la denuncia. Me falta Mamani en el tinglado. Me faltan varios actores en la trama: Un reloj tumbó un presidente; pero de ninguna manera me trago el cuento de la persecución política contra estos señores.
No puedo entrar en la conciencia de Chávarry, no puedo conocer sus intenciones, pero sí puedo dar fe de la necesidad pública de esclarecer los hechos que motivaron esos canjes, esas negociaciones, esos acuerdos. Si hay duda de delito, lo correcto es iniciar investigación. Si hay posibilidades de hallar responsabilidades criminales frente a hechos por todos conocidos, el único camino posible es la activación de los mecanismos legales para descubrirlos. Ese mecanismo se llama acusación constitucional y para buena o mala suerte (depende de qué lado te toque jugar) el llamado a activarlo es el fiscal de la Nación.
Es verdad que hoy detenta ese importante cargo un personaje con carga de desprecio general. Pero el Congreso tiene mayor desprecio y sigue dando leyes y las seguimos cumpliendo. El Poder Judicial tiene igual o peor desprecio y sigue ejerciendo su autoridad legal dando resoluciones, mandando a la cárcel o librando de ella a mucha gente. Lo que quiero decir es: Pedro Chávarry no me gusta, mejor dicho, me disgusta. Pedro Chávarry está irregularmente en el cargo. Pedro Chávarry debe irse a su casa urgentemente; pero mientras esté en el cargo debe ejercerlo, debe cumplir su trabajo y su chamba es acusar, denunciar, perseguir delito de algunos. Ese ejercicio no puede ser persecución. Buscar salidas legales para retirar del cargo a Pedro Gonzalo Chávarry no enerva que este cumpla sus funciones hasta que se mantenga en el mismo. Ojalá por muy poco tiempo más.