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Terror y desesperación en una calle en llamas

Vecinos se resignaron a su final y otros murieron en su intento de escapar. Hay pocas esperanza de que heridos sobrevivan.
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25-01-2020

Por: Josselyn Revilla.

“Cuando quisimos salir de la casa vimos que el fuego venía y hubo una expl0sión en la parte de atrás. Nos metimos, abracé a mis hijas y le dije a mi suegro: 'hay que quedarnos aquí nomás. Ya fue'”, contó Irma Paz Yactayo sobre los terribles momentos que vivió durante el incendio que cobró la vida de 8 personas y dejó a más de 45 heridos en Villa El Salvador.

“No teníamos escapatoria”, agregó su pariente, Rolando Tipismana Chanca (54). Según dijo, las lenguas de fuego superaban los dos metros de altura y avanzaban a tal velocidad que no les dio tiempo a cerrar la puerta. Para sorpresa del hombre, su nuera y sus nietas de 8 y 10 años, las llamas no ingresaron al predio. “Ha sido un milagro”, declaró.

Los cuatro habían sobrevivido al incendio registrado el jueves tras la fuga de gas licuado de petróleo de un camión cisterna, luego de pasar por un desnivel, en el cruce de las avenidas Mariano Pastor Sevilla con Villa del Mar. No sucedió así con el cuñado de Rolando, Juan Valladolid Loayza (50), quien fue encontrado muerto al lado del vehículo.

Niño en llamas

El fuerte estruendo despertó a Olinda Chávez Boñón (26), una joven madre de familia que desde hacía dos días vivía, junto a su pareja y su hijo de tres años, en una vivienda ubicada al otro lado de la calle. La familia intentó escapar, pero al ver que el incendio consumía la entrada del inmueble se refugiaron en la parte de al fondo.

De pronto se percataron de la presencia de un niño envuelto en llamas. Lloraba y gritaba de dolor. Solo atinaron a mojar su cuerpo y quitarle los restos de ropa calcinada. “Sufría mucho, su piel se caía. Me decía: 'tía no puedo ver. Me voy a quedar ciego'. Yo no lo conocía y en un momento se me desmayó. Tendría 9 años”, relató.

Minutos después salieron y encontraron a un bombero que tomó en brazos al pequeño para llevarlo a una ambulancia. El instante desgarrador quedó plasmado en una fotografía que fue difundida en redes sociales. “No me quería soltar. Me decía: No me dejes, tía ¡Me duele! Me veía como su familia. No sé cómo estará ahora”, añadió preocupada.

Escape frustrado

Alertados por la fuga de gas, algunos vecinos corrieron despavoridos hacia la avenida Micaela Bastidas. A pocos metros de llegar, cuando ya se creían a salvo, el encendido de un auto -otros dicen una mototaxi- desató una marea de fuego que iba en dirección contraria. No hubo escapatoria.

Dos de los atrapados fueron Andrés Asto Espíritu (28) y su madre Rosalía Espíritu Portocarrero. “Los agarró a mi tía y a mi primo. Parecían antorchas humanas. No se sabía quién era quién; todos estaban quemados, blancos. Mi tío ya había pasado ese lado (del carro), pero también se quemó un poco”, declaró Jorge Espíritu.

Andrés murió horas después por la gravedad de sus quemaduras en el hospital Dos de Mayo. En tanto, Rosalía permanece internada en el hospital Guillermo Almenara. “Todavía sigue luchando, pero su estado es muy grave. También tiene el 100% del cuerpo quemado. Solo estamos esperando lo inevitable”, manifestó.

Madre solo hay una

Por la misma dirección corrió María Ambrosio Navarrete (42) junto a sus hijos de 8 meses de nacido y de 9 años, así como sus dos hermanos. Horas después murió junto a su hijo mayor, de iniciales A.P.A (9). “El bebé no ha sufrido mucho daño; solo en sus coditos y piernitas. Parece que María lo cubrió con su brazos”, declaró Carlos Sánchez, primo político de la mujer.

El estado de los dos hermanos de la infortunada es delicado. Desde el lugar del siniestro, familiares y vecinos pidieron el apoyo de las autoridades para la instalación de baños, requerimiento que poco después fue atendido. Otros acudían a los establecimientos de salud sin muchas esperanzas por el futuro de sus parientes.

DENUNCIA COBRO INDEBIDO

Familiares de la octava víctima del incendio, el menor de iniciales K.L.H. (17), denunciaron ayer que en el hospital Guillermo Almenara de EsSalud les obligaron a firmar un pagaré y no los dejaban retirar el cuerpo. Ello a pesar que el presidente Martín Vizcarra había asegurado, horas antes, que no pagarían nada.

“No nos dicen cuánto es. Nosotros no tenemos dinero y debemos llevar el cuerpo a Yauyos. Mi sobrino apenas tenía dos semanas en Lima porque quería buscar trabajo como hizo su hermano mayor”, manifestó Paul Huari Benítez. Todo apunta a que el adolescente se disponía a salir cuando fue alcanzado por las llamas.

El director del citado nosocomio, Jorge Amoros, aclaró que hubo un “mal entendido” y la firma del pagaré es un trámite regular que realizan, una formalidad, hasta verificar si el paciente que ingresa por emergencia tiene seguro. Remarcó que horas después levantaron la validez del documento y no cobrarían nada a los familiares.

A su turno, la jefa adjunta del Seguro Integral de Salud (SIS), Cecilia Ma Cárdenas, criticó el manejo que tuvo el hospital. “Pedimos las disculpas del caso para este familiar”, expresó. Por otro lado, aseguró que su institución garantiza la cobertura de los gastos médicos y el sepelio de todos los afectados.