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OPINIÓN | Alfredo Aguilar Medina: Vizcarra y Fuente Ovejuna

El desenlace probablemente sea el mismo, como todos somos culpables al final no habrá responsables.
ALFREDO-AGUILAR
04-04-2019

¿Quién es el culpable de lo sucedido en el terminal de Fiori, que acabó con la vida de 17 peruanos?, se pregunta Martín Vizcarra y luego él mismo se responde: “Todos somos culpables”. Si no lo hubiera escuchado no lo creería, exactamente la misma historia ocurrida en el siglo XV en una pequeña comarca andaluza, magistralmente ironizada por Lope de Vega, “¿Quién fue el culpable? Fuente Ovejuna señor”. El desenlace probablemente sea el mismo, como todos somos culpables al final no habrá responsables, quizá para calmar la indignación apresarán a los choferes, que aún no estaban conduciendo. Si no recuerden las primeras reacciones. El ministro de Transportes dice que ellos no son culpables porque los paraderos informales no son su competencia sino del municipio. A su turno, el alcalde de San Martín de Porres, agrega: “Nosotros clausuramos, y quien debía fiscalizar era Sutran”. Los aludidos inmediatamente han contestado: “La responsabilidad directa es de la empresa, a quien debe castigarse severamente y ya iniciamos suspendiendo el permiso de operaciones por 90 días”. Los dueños del trágico bus bonzo han respondido: “Hace dos meses que estamos pidiendo se otorgue la licencia municipal, pero hasta ahora no la entregan, fue un hecho fortuito, en cualquier terminal pueden ocurrir estas desgracias”. A tenor de las reacciones de las entidades responsables, todo parece indicar que esta desgracia, al igual que Mesa Redonda, Polvos Rosados, etc., será otra más de las que acabarán difuminadas en el tiempo y que algún fiscal inocuo calificará como compleja para que se guarde en un arrumado estante de expedientes “sin resolver”.

Sin duda el contexto de informalidad es el mayor detonante en la generalidad de tragedias en nuestro país. ¿Qué hace el Estado? Lo de Perogrullo, “a más infracción, leyes más duras”. Se ha hecho muy común en nuestro país anteponer la legislación a la realidad. Es decir, se expiden leyes para una sociedad ideal que no existe.

Conozco de algunas regulaciones realmente necias. Una de ellas, las que inventan los inspectores de Defensa Civil que examinan los locales para otorgarles su certificado de seguridad: “Ponga un extintor por cada ambiente”. “¿Tiene una computadora? Sí, entonces ponga pozo a tierra”. ¿Quién provoca la informalidad?

Hace poco leía en diarios locales con asombro y luego con indignación que en el municipio provincial un obrero realizaba inspecciones disponiendo incluso la clausura de locales, entre ellos dos jardines de niños sin que el jefe de esa área municipal se entere. Entonces, ¿quién es el improvisado? El presidente de la Junta de Fiscales tiene el caso. ¿Denunciará, o tendremos otra Fuente Ovejuna?