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OPINIÓN | Ántero Flores Aráoz: Chapas

Sin-título-salomon
26-01-2020

No es nada fácil poner titular a una columna de opinión en algún medio de expresión, pues de inmediato te flagelan con los mensajes más perversos a través de las redes sociales, ya que en ellas es frecuente el cobarde anonimato.

Cualquiera que sea el nombre o calificativo que emplees, se buscará la sorna o burla, cuando no el malévolo insulto. Bueno pues, antes que me endilguen el oficio de “cerrajero” (muy digno sea de paso) por lo de las “chapas”, les diré que me refiero a los frecuentes apodos o calificativos, que lamentablemente son muy fáciles de aplicar, aunque no necesariamente justos en ello.

Por ejemplo, a cualquier persona que en lo político y social sea conservadora, pues intenta conservar los valores tradicionales en cuanto a familia, usos, costumbres, y vestimenta, de inmediato se le tilda con tono cuestionador como “derechista”, “pituco”, “ reaccionario” o miembro de la “Derecha Bruta y Achorada” (DBA).

Lo mismo ocurre con quienes tienen una actitud social y política que ellos llaman “progre” por supuestamente “progresista”, aunque no lo sean, a los que otros llaman “caviar”, quizás recordando a los huevos del esturión de los mares adyacentes a Rusia, antigua URSS, aunque por encontrarse en el Perú bien podrían llamarlos “hueveras” que es como corrientemente se denomina a los huevos de los peces del litoral peruano.

La verdad que quienes sean conservadores o de inclinaciones de izquierda, no tienen por qué ser satanizados con expresiones inadecuadas, por más corrientes en que ellas hayan devenido. Respetos guardan respetos.

Lo señalado hasta aquí y estando ad portas de un acto eleccionario para el Parlamento Nacional, nos induce a llamar al voto informado, consciente y razonado, a fin de que no volvamos a decir que el Congreso elegido es peor que el anterior, como nos viene sucediendo desde hace algunos lustros. Conforme hemos repetido hasta el cansancio, los gobernantes y parlamentarios no caen del Cielo como el maná bíblico, ellos son escogidos por los electores, responsables solidarios de los partidos políticos que los presentan ante la ciudadanía.

Necesitamos parlamentarios que sepan a qué van al Congreso y que no confundan las acciones parlamentarias con las gubernamentales de todo nivel. Los candidatos al Parlamento no son postulantes a alcaldías, están para dar las leyes que el desarrollo del país requiere, fiscalizar para que todas las autoridades actúen con decencia y honradez, así como representar a la integridad de ciudadanos. Los parlamentarios se deben al pueblo en su conjunto.

Es bueno recordar aquella frase que dice que los marxistas tratan de llegar al poder para destrozar a sus países, pero si son elegidos, lo logran. Mucho cuidado con su elección, necesitamos ser un país de oportunidades para todos, con respeto a los demás, con desarrollo que genere bienestar y elevación de los niveles de vida de nuestra población. ¡No lo olviden!