Columnistas

Opinión I Roberto Rodríguez: Despierta Perú ante corrupción FujiKONFIEP-TC

Sociólogo, presidente del Comité Ciudadano por el Perú
fotoweb-Recuperado-16
26-11-2019

El Tribunal Constitucional, presidido por Ernesto Blume, anuló la libertad de la Sra. K, quien saldrá en libertad, señalando que la sentencia es ajena al poder político, aunque en el TC hay conocidos fujimoristas como Sardón y Augusto Ferrero, otrora candidato vicepresidencial por Solidaridad Nacional, hoy refugio predilecto de los naranjas.

Curiosamente, la decisión del TC se adoptó luego que varios de los principales integrantes de la KONFIEP (Romero-BCP, Roque Benavides-Yanacocha, entre otros) declararan que dieron su aporte a la campaña electoral fujimorista; y después de que la presidenta del gremio que es el poder tras el trono manifestara, con un cinismo al estilo de AG, que no apoyan a ningún grupo político.

Lo sucedido revela que en el Perú hay un sistema de profunda injusticia social, impunidad y favoritismo hacia quienes detentan el poder político y económico. Manda el gran capital, representado por la KONFIEP. La Sra. K, al igual que AG, Toledo, Humala y PPK, le sirven desde el poder político (Congreso y Gobierno), al igual que los corruptos del Poder Judicial (Hinostroza y sus hermanitos) y la Fiscalía (Chávarry y los suyos).

El toma y daca entre el fujiaprismo y sus satélites parlamentarios (Contigo, las hoy voceras de Solidaridad Bartra-VILcapoma, y APP de Acuña) con la KONFIEP se evidenció en el Congreso mediante el rechazo a la implementación de los octógonos en contraposición a la comida chatarra, y al fortalecimiento de la Unidad de Inteligencia Financiera para evitar el rastreo del dinero sucio del narcotráfico. Asimismo, explica el silencio fujiaprista al negociazo de la leche bamba, y la oposición a la aprobación de una nueva Ley de Minería para defender como sea a la abusiva empresa Southern (Tía María).

En el referéndum del 9 de diciembre de 2018 la gran mayoría ciudadana expresó su repudio a la vetusta clase política, y hace menos de dos meses fue disuelto constitucionalmente el Congreso, pero los que carecen de la confianza de la gente continúan haciendo de las suyas en el Poder Judicial y en el Ministerio Público (con los cuellos blancos Chávarry-Monteza-Gálvez en la Junta de Fiscales Supremos); y con un Gobierno que no tiene una clara visión de desarrollo de nuestro país y que poco hace por la seguridad ciudadana, la educación y la salud.

Evidentemente, no estamos ahora en la situación de Chile, para poner un ejemplo, donde las movilizaciones ciudadanas pusieron en jaque no solo al gobierno sino también al sistema de injusticia social. Pero el abismo social y el Estado empírico -del que hablaba Basadre- se va ahondando por el abuso de los banqueros y mineros de la KONFIEP, y de los poderes públicos manejados por el fujiaprismo; aunado a la debilidad del presidente Vizcarra que sigue actuando en piloto automático manteniendo el régimen económico-político plasmado en la Constitución fujimorista de 1993. Así van sentándose las bases para el hartazgo de hombres y mujeres que augura el despertar de un pueblo digno que, persistiendo en el combate anticorrupción, demanda justicia, libertad y prosperidad y un nuevo pacto social constituyente.