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Opinión | Julio Schiappa: Cómo desgobernar al Perú

Es decir, el mal gobierno es una constante, pero ha sido catapultado al paroxismo por la falta de prudencia, de límites éticos y políticos del presente gobierno.
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06-12-2022

Tener presidentes deshonestos y gobiernos sin capacidad de gestión del Estado, son la constante de varios años en nuestro país, no la excepción, que hoy pone a Pedro Castillo en la picota. Es decir, el mal gobierno es una constante, pero ha sido catapultado al paroxismo por la falta de prudencia, de límites éticos y políticos del presente gobierno.

Dichas estas verdades de Perogrullo, quisiera entrar en materia: qué deben de hacer las fuerzas progresistas y de izquierda en medio de un aquelarre, donde el gobierno real cayó en manos de dos mafias. Una, el grupo de empresarios chotanos que entraron a saco en las obras públicas, y la segunda, denunciada por Carlos Jaico como el 'gabinete en la sombra', compuesta por tecnócratas que se echaron a cazar clientes de prebendas en áreas del Estado.

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Los chotanos no eran miembros de CONFIEP, pero sí parte del vasto conglomerado de capitalistas provincianos y de la estructura del poder informal que componen la mayoría de fortunas medianas y pequeñas del Perú. Los tecnócratas de medio pelo del gabinete, en cambio, eran funcionarios técnicos bien entrenados en hacer un puesto público rentable para su ocupante.

Este grupo de ciudadanos, unidos en la búsqueda de la prosperidad, rodearon al presidente y dictaron la política interna del gobierno hasta que la policía se los llevó presos hace poco. Los más graves hechos que la Fiscalía investiga, fueron bajo el premierato de Guido Bellido, a cuyas espaldas, o, frente a sus narices, estos grupos de poder cometieron sus fechorías.

En esos días murió el gobierno popular que tantas esperanzas había traído a los pobres del Perú. El gobierno de Castillo nunca hizo un plan estratégico para dirigir el país, no armó un Comité Político para orientar a los ministros en su gestión, ni siquiera un plan que priorizara obras. El gobierno simplemente ignoró los elementos básicos de la gestión pública y del orden en el gasto.

Pampa pura. Con la notable excepción del MIDIS y Educación. Al crearse una coyuntura de polarización política exacerbada por el desgobierno, la corrupción y el uso del media fare (guerra política desde los medios) aprovechados por el extremismo de derecha, la izquierda arrinconada terminó siendo derrotada en las elecciones de octubre. Descender de 8.5 millones de votos a 300 mil, es un récord Guinness.

Dejando mal parados a los aliados de Castillo, mientras el recibía adhesiones cada vez mayores en las encuestas. ¿Alguien cambia a medio camino su gobierno si sube en las encuestas? No. Por eso Castillo sigue adelante en un curso de colisión con el Congreso. Hasta parece posible que su Titanic evada los icebergs constitucionales que le ha planteado la cerril oposición de ultraderecha

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