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OPINIÓN | Lewis Mejía: "Humedad y bajas temperaturas 2"

"Un tropezón y una caída a consecuencia de la humedad en el patio o en la azotea, es un suceso que podría acarrear la fractura de la cadera o algún otro hueso importante".
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19-06-2021

Decíamos, la semana pasada que, con la aparición de la temporada de bajas temperaturas, los riesgos de sufrir un accidente se incrementan, por lo que es mejor estar atentos.

Además de las descargas eléctricas, los corto circuitos y otros incidentes que pueden producirse en equipos eléctricos conectados, es preciso tener cuidado con las superficies húmedas.

Un resbalón puede ser fatal a cierta edad, como por ejemplo más allá de los 60 años, cuando el sistema de salud ya se refiere a este grupo poblacional como el de los adultos mayores.

Efectivamente, el paso de los años produce cambios inicialmente imperceptibles en el cuerpo humano, como la pérdida de calcio y fragilidad en los huesos y las articulaciones.

Un tropezón y una caída a consecuencia de la humedad en el patio o en la azotea, es un suceso que podría acarrear la fractura de la cadera o algún otro hueso importante.

En ese sentido, resulta indispensable que los más jóvenes y sin discapacidad se encarguen, precisamente, de velar porque el piso de los espacios comunes no permanezca mojado.

Los más frecuentes accidentes en el hogar vinculados a caídas y fracturas tienen lugar en la zona de las escaleras, sean las de acceso principal o las de evacuación en caso de una emergencia.

Entonces, debe estar debidamente iluminada por luz blanca suave, con los peldaños o escalones secos, e inclusive recubiertos de fibras antideslizantes, y con los pasamanos firmes en su lugar.

Ya hemos dicho que las escaleras deben estar libres de maceteros, jarrones y otros adornos que en caso de evacuación se pueden convertir en obstáculos difíciles de superar.

De igual manera, los sistemas de iluminación activados en caso se suspenda el servicio de energía eléctrica -lámparas de seguridad- deben ser revisados por un especialista por lo menos una vez al año.

Con frecuencia, los afanes de limpieza y embellecimiento de nuestro hogar nos llevan a extremos, como encerarlo todo, una actitud que podría traernos más de un inconveniente.

Porque los pisos lustrosos también pueden convertirse en un peligro al llegar a casa con los zapatos húmedos, especialmente para nuestros padres y abuelos, y también para los niños muy pequeños.

Es mejor que, ni bien pongamos un pie dentro de nuestro hogar, nos cambiemos de calzado por otro limpio, seco y más, seguro, cuidado con los tacones.

Y si después de todo, ocurre la caída, recuerda que la víctima no debe ser movida porque podrías ocasionarle un problema mayor; llama a los Bomberos Voluntarios al 1-1-6, y acompáñala mientras llega la ayuda.

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