OPINIÓN | Jaime O. Salomón: A fumigar
Por Jaime O. Salomón / ciudadano emprendedor y docente.
Cómo es posible que varios padres de la patria se la pasen en otra, hablando por celular o chateando en plena exposición de los ministros sobre el presupuesto 2020; mientras, otros marcaron asistencia y fugaron, siendo pocos los que escuchan y opinan. Carcajadas cuando los muchos ausentes critican después lo que no leyeron o escucharon.
En las comisiones algunos que votan sin saber el para qué están haciéndolo. Algunos que cambian de opinión y después tratan de modificar su voto, para estar bien con las tendencias. Los que avalan una ley sin siquiera haberla leído. Los que dan leyes con olvido de algunas frases, dejando en el limbo a la fecha, por ejemplo, a los peruanos en el exterior y sin su derecho constitucional de elegir. Los que quieren legislar sobre temas que no le competen al legislativo.
Los que critican sin saber del tema, o sin haber leído la información previa y las leyes pertinentes. Ejemplo es el tema de salud donde son los gobiernos regionales los que debieran haber trabajado.
Los funcionarios que hacen dormir expedientes, esperando hasta que les “llueva” para permitir que sigan su curso.
Los que critican la economía nacional, sin saber que llevamos dos meses buenos y con tendencia positiva. Los que ante la evidente recesión mundial que se avecina para el 2020, no saben que nuestro país es el que mejor preparado está para afrontarla.
Los que siguen protegidos, aun estando pendiente de revisión los expedientes contra ellos que duermen (ya casi tres años) en las comisiones de ética y de levantamiento de inmunidad.
Tentáculos que, desde la línea operacional hasta el ápice estratégico de algunos estamentos del Estado, manejan con extremo orden “sus negocios”, los que se alimentan y crecen del desorden e ineficiencia que ellos mismos crean dentro de sus instituciones.
Esa ineficiencia hacia el Estado la generan para mantener viva la corrupción que “alimenta” a esos pocos.
El problema radica en el ser humano por lo que un primer paso debería ser el modificar la legislación laboral en el Estado, donde los ineficientes y corruptos sean puestos de lado, con procesos legales oportunos. Donde para mantenerse se requiera meritocracia, valorando el cumplimiento de metas y midiendo el desempeño individual.
Un segundo nivel sería sistematizar el Estado, de manera interconectada, estableciendo controles.
Otra sería crear el ministerio de Infraestructura, encargado de todo lo que signifique obra. Retirando de los demás ministerios y entidades del Estado esa responsabilidad y enfocándolos solo a lograr la planificación y el desarrollo de cada sector. Si alguna dependencia requiere obras, se derivaría a ese nuevo ministerio, justificando el impacto económico y social, elaborando presupuestos a valores reales antes de iniciar.
Solo así se pondrá orden, se exigiría eficiencia y logrará competitividad en nuestra nación.
Algunos ya han salido públicamente a criticar a sus pares, por lo que ya vemos que el circo patrio continuará hasta julio 2021.
Trabajemos por el Perú.