Biólogos registran por primera vez a grupo de chimpancés 'embriagándose' con fruta fermentada
Gracias a cámaras trampa, un grupo de chimpancés salvajes fue grabado por biólogos de la Universidad de Exeter mientras consumía frutas fermentadas en Guinea-Bissau. Esta escena poco habitual podría ofrecer nuevas pistas sobre cómo comenzó la relación entre los humanos y el alcohol.
Según el estudio, al comer frutas fermentadas juntos, los chimpancés no solo consumen etanol, sino que también refuerzan sus lazos sociales. Esta conducta podría considerarse un precedente del hábito humano de compartir comidas y bebidas en contextos sociales.
Chimpancés consumen frutas fermentadas
Científicos instalaron cámaras trampa en el Parque Nacional de Cantanhez, que captaron varias escenas de chimpancés comiendo juntos los frutos fermentados del pan africano (Treculia africana). Estos frutos, al pudrirse en el suelo, generan una pequeña cantidad de alcohol.
Tras analizar las muestras, los expertos hallaron que la mayoría de las frutas (90%) tenían un grado de alcohol que alcanzaba el 0,61%. A pesar de ser un nivel bajo comparado con una cerveza, los investigadores creen que su impacto podría ser considerable en el organismo de los primates.
La coautora del estudio, Kimberley Hockings, destacó que los chimpancés rara vez comparten comida sin un propósito, lo que hace pensar que este acto tiene un valor social.
Fruta fermentada fortalece lazos entre chimpancés
Los chimpancés consumen mayormente frutas, por lo que no sería raro que ingieran algunas en estado de fermentación. Sin embargo, lo curioso de este estudio es ver cómo varios de ellos se juntan a comer la misma fruta con alcohol, lo cual podría indicar una forma de socialización.
Otro punto interesante que menciona el estudio es que las frutas fermentadas tienden a estar más suaves, lo que hace que los chimpancés puedan comerlas con mayor facilidad.
Este detalle podría ser clave para entender por qué los chimpancés las prefieren y comparten: no todo se reduce al alcohol, sino también a lo práctico de ingerirlas.
Estudios previos habían notado ingestas ocasionales de savia fermentada, pero es la primera vez que se identifica un comportamiento repetido y grupal, donde hasta las crías prueban, aunque con dosis muy leves.
La investigación demuestra que el comportamiento social de los chimpancés va más allá de lo que se conocía, y ahora el consumo de frutas fermentadas se revela como una práctica más compleja con posibles implicaciones evolutivas.