20/05/2021 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 09/01/2023
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu afirmó ayer que la campaña de bombardeos israelíes en la Franja de Gaza busca disuadir al movimiento palestino Hamas de cesar en sus ataques con misiles, y no descartó una campaña para “conquistar” al grupo terrorista que gobierna en el enclave.
“Solo hay dos posibilidades para hacerles frente: bien ir hasta el final, que es todavía una posibilidad, bien la disuasión, y actualmente estamos inmersos en una disuasión firme”, dijo el primer ministro a embajadores en Tel Aviv. “Debo decir que no descartamos ninguna opción”, agregó.
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“Lo que intentamos hacer es precisamente esto: reducir sus capacidades, sus medios terroristas, y disminuir su determinación”, continuó. “Esperamos poder restablecer la calma, y restablecerla rápidamente. Quiero decir que hacemos esto haciendo lo máximo para evitar las víctimas civiles”, explicó.
El Dato: El ejército israelí ayer abrió fuego con su artillería contra el sur de Líbano, en respuesta al ataque con cuatro cohetes lanzados desde territorio libanés, en el tercer ataque de este tipo en menos de una semana. Las Fuerzas de Defensa israelíes agregaron que estaban preparadas “para cualquier escenario en cualquier frente”. Uno de los cohetes fue neutralizado por la “Cúpula de Hierro”.
El primer ministro de línea dura insistió en que Israel “no buscó” la escalada que comenzó el 10 de mayo cuando Hamas lanzó cohetes hacia Jerusalén después de exigir que el personal de seguridad israelí abandonara el complejo de la mezquita de Al-Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam.
Netanyahu vinculó el dramático aumento de la violencia con la decisión del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, de cancelar las elecciones palestinas programadas para este fin de semana.
El movimiento secular Fatah de Abbas había llegado a un acuerdo con sus rivales de largo plazo, Hamas, para celebrar la votación, pero Abbas la canceló citando la negativa de Israel a garantizar la votación en la anexada Jerusalén oriental, que los palestinos reclaman como su futura capital.
