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OPINIÓN | Sarko Medina: "El respeto perdido"

"El Quién no respeta a sus padres ¿Cómo va a respetar al policía, al juez, a su matrimonio, a sus hijos, a la Sunat, a su pareja, a su trabajo?"
10-04-2020

El Quién no respeta a sus padres ¿Cómo va a respetar al policía, al juez, a su matrimonio, a sus hijos, a la Sunat, a su pareja, a su trabajo? Puede parecer muy dura y generalizada la afirmación, pero... ¿Hasta qué punto no es real? Casi todos los días leemos en las noticias que en nuestra ciudad se agrede, se hiere, suicida y se asesina a las personas.

Los choques producto de la ebriedad son continuos (aún con multa y cárcel) y las peleas aumentan a la par de los robos. Las agresiones son constantes y hasta sorprende que un fin de semana en las unidades de emergencia no se registre ingresos por heridas con objetos punzocortantes y traumatismos encéfalo craneanos a consecuencia de golpe con objeto contundente. ¿Qué sucede?

Una de las causas es la destrucción y ataque contra la familia nuclear, tanto por la facilidad como ahora se pueden separar los matrimonios como por el poco arraigo familiar entre conyugues y el respeto que debería inspirar una unión de este tipo, que ahora más parece el cumplimiento de un capricho y no su verdadero sentido de amor y crianza elemental. Ahora hay hasta corrientes que consideran a la unión entre hombre y mujer como muestra de lo que denominan: “patriarcado”, que debe destruirse y que la individualidad debe prevalecer.

Esa corriente indica que los hijos pueden ser postergados y ahora hasta asesinados si no son en los momentos “ideales”. ¿Cómo juzgar a los menores entonces cuando toman la decisión de abandonar la ilusión de formar una familia por solo instrumentalizarse y a los demás en aras de la búsqueda del placer momentáneo?, ¿Cómo juzgarlos sin sentirnos responsables cuando destruyen a ojos vista sus vidas tras la droga, el libertinaje y el crimen?

Por eso la conclusión de la frase inicial de este artículo. La figura paterna o materna no debe atacarse destruyendo el concepto en aras de una falsa libertad, porque las consecuencias son catastróficas y después cada uno se pregunta en qué se falló cuando la respuesta está justo en la permisividad que tenemos como sociedad, en que los referentes de valores y humanidad son destrozados, cambiados por las imágenes del “papá placer” y la “mamá poder”, los cuales nunca por nunca estarán en la cabeza de alguien antes de cometer un crimen haciéndole reflexionar, sino alentando a seguir infringiendo la ley natural, aún a costa de la vida del prójimo.