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OPINIÓN | Jorge G. Solís Espinoza: Refinería de Talara, ¿para cuándo y para qué? (II)

No te pierdas la columna de Jorge G. Solís Espinoza, consultor en microfinanzas.
10-06-2022

En artículo anterior reflexionaba que la refinería de Talara podría terminar erigiéndose en un monumento a la incompetencia; en efecto, Petroperú actualmente produce 30 mil barriles en promedio diario y no tiene recursos para invertir.

Los pasivos totales de la petrolera supera los US$5 mil millones, lo que equivale a 3.5 veces el tamaño de su patrimonio, situación que la torna financieramente inviable; tal es así, que recientemente ha sido objeto de rescate por US$750 millones para asumir obligaciones de corto plazo, deuda que deberá redimir a fines de este año; amén, de los 300 millones que tiene que pagar en el primer año, recursos con los que no cuenta; sin embargo, según el MEF, estarían a punto de emitir el D.S. que daría luz verde para la petrolera estatal explote el lote 192, uno de los mayores yacimientos petroleros del país y que se encuentra paralizado desde el 2020.

La inversión para potenciarla a su capacidad máxima de producción (12 mil barriles) representará US$800 millones. La capacidad de procesamiento de la planta es de 95 mil barriles de petróleo en promedio diario, mientras que el país consume 250,000 barriles diarios, por lo que seguiremos dependiendo de la importación de crudo de petróleo y derivados a gran escala; de manera que, la refinería de Talara no es la panacea, para resolver nuestra dependencia energética y evitar los choques externos por la variación del precio internacional del barril de petróleo.

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La función que pretenden los adláteres del gobierno y los inspiradores populistas de este proyecto, es de regular el precio de los combustibles en el mercado por el menor precio de producción vs. el costo de importar a precios internacionales, deducción que no es del todo cierta, pues con una participación mínima del mercado no se puede influir en el precio, máxime, que nuestra economía es de libre mercado y no controlista. En consecuencia, no se puede arriesgar más dinero del erario nacional, para que Petroperú se haga cargo de los lotes 192 y de los yacimientos cuyos plazos de contratos empezaran a vencer a partir del próximo año ubicados en la cuenca de Talara en el noroeste del país.

Ya advierten los expertos que, si la empresa cae em default, el Estado peruano va a tener que encargarse de la deuda de US$4 mil trecientos millones, además de las ingentes inversiones que representaría tomar el control de los yacimientos; lo más sensato es la participación de otros inversionistas con capacidad financiera. LA MAGDALENA NO ESTA PARA TAFETANES.

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