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OPINIÓN | Julio Schiappa: Universidades; ideas erradas y estrategia inclusiva

No te pierdas la columna de Julio Schiappa.
09-03-2022

Todo debate serio de políticas públicas debe sustentarse en una apreciación de los resultados obtenidos. No en la teoría que todo lo resiste y que puede hacer escaramuzas con la realidad, evadiendo temas sociales de fondo. Esta es la cuestión con el debate sobre la Reforma Universitaria. No es la panacea y las cifras duras lo demuestran.

En primer lugar, la Reforma ha mejorado universidades que ya estaban mejor, ha creado condiciones para que las particulares y nacionales más prominentes se fortalezcan. Imponiendo condiciones para una mayor calidad académica de los profesores al exigir maestrías, si bien esta última exigencia no necesariamente va siempre a la par con habilidades pedagógicas.

En segundo orden, la Reforma no ha cambiado el embudo educativo de un sistema público sin presupuesto para crecer y un sistema privado tan caro, que nacieron las universidades chicha para cubrir el vacío. En tercer lugar, no van a la universidad suficientes muchachos y la ducación técnica no prende en muchas familias y jóvenes.

Al año 2016, se tenía que el 35.8% de jóvenes peruanos cuenta con educación superior, de los cuales 21.5% con educación superior universitaria y 14.3% con superior no universitaria, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho). Mas del 40 por ciento viene de zonas urbanas y solo un 27% de zonas rurales, desigualdad que la Reforma no ha cambiado.

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En cuarto tenemos dos sistemas universitarios paralelos y no un sistema integrado. Fatal, las públicas no comparte talento, investigadores y experiencias educativas con las privadas. Ni canchas deportivas, aunque estén vacías y a media cuadra de distancia. Un quinto factor a considerar es el efecto de la pandemia que parece haber dejado fuera del sistema educativo a 450 mil jóvenes entre 15 a 24 años.

Miles de alumnos simplemente abandonaron los estudios y hasta ahora no regresan. Esto, en parte porque el sistema público peruano no tiene suficientes vacantes para acogerlos: San Marcos, según varios especialistas, debería tener por lo menos el cuádruple de su capacidad actual.

La verdad es que la educación peruana requiere un enfoque de inclusión e igualdad, de calidad con ampliación masiva de vacantes, de definir que el sistema público tiene prioridad para la sociedad por encima del sector privado. Y también vale la pena iniciar una discusión constitucional y política de fondo que determine cuales son los límites de su gestión privada.

El sistema actual, con universidades chicha y todo, con viejas demandas de manejar con autonomía y sin control estatal, como piden las universidades públicas, está atrasado en un siglo. Para comenzar hay que mirar con lupa el inicio de clases en ese sector, adonde hay casas de estudio que pretenden hacerla larga para el reinicio de clases.

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