Escándalo en Chanchamayo: Dirigente indígena fingió su secuestro para pedir S/ 50 mil de rescate, según la PNP
El nombre de Javier Jaime Abel Cruz, dirigente indígena de una comunidad nativa, causó consternación en Chanchamayo. A fines de mayo, se supo que había sido secuestrado por criminales, quienes pedían por su rescate 50 mil soles. Días después, lograron ubicarlo mientras deambulaba desorientado, y lo pusieron a disposición de las autoridades. Sin embargo, su testimonio ante la Policía dio pie a una insólita revelación: había fingido todo.
Dirigente indígena fue hallado deambulando
Abel Cruz es el líder de la comunidad nativa Alto Yurinaki, perteneciente a la provincia de Chanchamayo, en Junín. El 30 de mayo, había asistido a una reunión de la Central de Comunidades Nativas de la Selva Central, siendo este el inicio de su desaparición. Según contó, fue interceptado por seis sujetos en el puente Puerto Yurinaki cuando retornaba a su hogar. Los criminales lo subieron a una camioneta y huyeron raudamente.
Poco después, su esposa recibió mensajes amenazantes desde el celular de Javier, exigiéndole el pago de S/ 50,000 para que este sea liberado. Ante esta situación, se alertó a las autoridades y residentes de la comuna, por lo que se iniciaron de inmediato actividades de búsqueda y rescate. Asimismo, se difundió información en provincias cercanas para la ayuda requerida.
Casi tres días después, Javier Abel fue hallado por el personal de Serenazgo de Huancayo, mientras caminaba sin rumbo cerca a la Plaza Constitución. Según el jefe de operaciones de esta delegación, él "estaba pálido, temblando, asustado y desorientado". Por ello, lo auxiliaron y trasladaron a la comisaría central, confirmándose que se trataba del líder indígena secuestrado.
"Me estaban pidiendo S/50 mil. Han mandado un mensaje, mediante mi celular, para que puedan depositar plata para que me puedan liberar. Pero ellos saben que mi familia no tiene plata", manifestó Javier ante las autoridades.
Dirigente indígena fingió secuestro, según PNP
Sin embargo, el testimonio del líder indígena levantó algunas sospechas en los agentes de la Policía Nacional. Tras se derivado a la Dirincri de Huancayo, Abel entró en contradicciones respecto a cómo se suscitó su secuestro. Al verse atrapado, admitió que su rapto fue un invento para librarse de problemas que lo aquejaban en su hogar.
"Como producto de las entrevistas iniciales que se realizó negó haber sido secuestrado, admitió haber inventado el secuestro para obtener el dinero, argumentando que tenía problemas familiares, que tenía enfermos dentro de su familia y que viajó voluntariamente a Huancayo esperando el depósito del dinero", expuso el coronel PNP Leo Mendoza.
Con esta declaración, el dirigente indígena podría afrontar severos cargos al estar involucrado en una presunta denuncia calumniosa. Dicho delito está contemplado en el articulo 402 del Código Penal, y es sancionado con hasta dos años de pena privativa de la libertad.