Luis Benavente: “Radicales pueden tener una gran oportunidad en elecciones 2020”
Cree que congresistas elegidos deberán terminar las reformas políticas, elegir a los magistrados del TC y sancionar a personajes como Pedro Chavarry que ya no serán blindados por el fujimorismo.
¿Cómo avizora estas elecciones complementarias en enero del 2020?
Van a tener las mismas reglas que las elecciones del 2016, salvo la ley de financiamiento de partidos. Yo lo veo como una elección regular y excepcional porque no es para elegir una representación por un periodo de cinco años, sino de año y medio, pero no hay que restarle importancia a esta elección porque van a ser los parlamentarios que van a estar de cara al bicentenario, que tiene un valor histórico y político. Esa representación será la esperanza de los peruanos que están muy fastidiados y enfurecidos con los políticos tradicionales. Será la oportunidad de una renovación de cuadros y líderes que no tengan un perfil negativo ante la opinión pública.
¿Cuál serán las tareas principales de este nuevo Congreso?
Continuar con las reformas políticas, la elección de los miembros del TC. Tiene que hacer la labor de fiscalización del gobierno. Temas como el caso del ex fiscal Pedro Chavarry se verán sin blindajes porque Fuerza Popular tendrá una presencia reducida.
Algunos partidos pretenden lograr una bancada que le sirva como plataforma política en el 2021...
Sí. Muchos líderes políticos buscarán tener presencia en el próximo parlamento y marcar una agenda para sintonizar con la población de cara a las elecciones del 2021. Buscarán notoriedad.
¿Sería el caso de Keiko Fujimori?
Legalmente lo puede hacer. Los partidos que tengan un gran líder querrán utilizarlo como una locomotora o tren electoral para tener presencia en el Congreso.
¿Cree que tengan suerte los ex parlamentarios del Congreso disuelto que buscarían recuperar su curul?
Si algún congresista disuelto consigue los votos estaría bien que lo premien con la elección, si otros disueltos no tienen ese merecimiento quedarán afuera. Finalmente, será el ciudadano quien decida.
Los políticos y ex funcionarios involucrados en el caso Odebrecht también postularían para lograr inmunidad...
Odebrecht va a poner una línea muy fuerte en la campaña. Los líderes políticos que han estado involucrados, investigados y cuestionados por el caso Lava Jato van con muy pocas probabilidades. Eso ya quedó demostrado en las elecciones regionales y municipales del 2018, donde los partidos tradicionales que tuvieron mayor aceptación fueron Alianza para el Progreso y Acción Popular porque no han estado involucrados en el caso Lava Jato.
Pero muchas veces el electorado peruano es impredecible...
Creo que no hay que echarle la culpa al electorado. Yo les echo la culpa al sistema político, a la falta de educación, por eso el voto es impredecible. El electorado siempre responde con su educación y su cultura política, y de una manera muy interesada se les echa la culpa. Los responsables son los políticos y los partidos por poner impresentables en sus listas y no otras opciones.
¿Con el desgaste de los partidos tradicionales, cree que agrupaciones radicales, por ejemplo el liderado por Antauro Humala, tengan alguna oportunidad en estas elecciones 2020?
Claro que sí, pueden tener una gran oportunidad. Las crisis de la política en el mundo y, en el caso del Perú por la corrupción, provocan la demanda de radicalismo que no tiene signo ideológico, pueden ser de derecha o de izquierda. Pero debe ser radical para satisfacer esa rabia, esa furia alimentada por la corrupción de la derecha. Si esos movimientos radicales tienen un candidato carismático y un encantador de serpientes tendrán éxito electoral y una buena representación en el Congreso de cara a las elecciones generales del 2021.
Varios analistas sostienen que estos grupos radicales no van con mayor intención a este proceso que lograr una asamblea constituyente para cambiar la Carta Magna. ¿Comparte esa apreciación?
Hay sectores radicales de izquierda que ya han anunciado que simpatizan con lo que se puede llamar el modelo Chávez en Venezuela. Antes, en los setentas hasta los noventas, los grupos radicales buscaban cambiar el modelo con la captura del poder que era a través de la lucha armada. En Cuba y Nicaragua tuvieron éxito, pero aquí fracasaron. Ahora su nueva modalidad es entrar por el cauce de la democracia por elecciones para tener una fuerza parlamentaria suficiente y cambiar la Constitución para destruir el país. Ellos tienen un proyecto político a largo plazo para cambiar el modelo político y económico a uno estatista.
¿Pero ve posible ese escenario?
No lo descarto, pueden lograrlo con un buen candidato carismático. Pero hay un contrapeso, que es mucha gente pobre, que con mucho esfuerzo ha logrado una propiedad y ser parte del mercado, que son capitalistas populares y que tengan una expresión política para defender sus intereses. Por ello, tampoco pronostico que van a tener éxito seguro estos grupos radicales, pero pueden favorecerse con esta coyuntura.
¿El Gobierno tendría algo de responsabilidad si se llega a una asamblea constituyente?
La disolución del Congreso le ha dado una excesiva concentración de poder, y sus aliados que son algunos líderes o partidos de izquierda buscan propósitos de esa naturaleza. Esa alianza queda demostrada con el retroceso en Tía María, por ejemplo.
¿Alianza para el Progreso se ha subido al antiparlamentarismo que le ha funcionado a Vizcarra al pretender desprenderse de sus excongresistas?
El rol de César Acuña en la última semana ha sido importante. Ha recorrido las regiones del país para por decirlo “reclutar” a candidatos y lanzando un mensaje mesiánico. Ellos podrían pensar que les favorece en esta coyuntura el desgaste y el quiebre de Fuerza Popular, porque tienen un perfil de electores similar que es el populista y clientelista.