UNESCO reconoce al Sarawja de Moquegua como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
El Perú suma un nuevo motivo de orgullo cultural. La UNESCO reconoció al Sarawja, música y danza aimara originaria de Moquegua, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en una decisión anunciada el 10 de diciembre de 2025 durante la vigésima sesión del Comité Intergubernamental en Nueva Deli, India.
Lo insólito de este reconocimiento es que se trata de la primera vez que una manifestación cultural de la región moqueguana alcanza este estatus internacional. Declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2010, el Sarawja ahora se proyecta al mundo como símbolo de identidad y diversidad.
Una tradición que desafía el tiempo
El Sarawja se practica en los valles del Ticsani y San Felipe, en los distritos de Carumas, Cuchumbaya y San Cristóbal-Calacoa. Es una expresión musical y dancística de carácter colectivo y ritual, celebrada cada año tras la Semana Santa.
Las comunidades viven un periodo festivo vinculado a la abundancia y la renovación, recorriendo los pueblos en "ruedas" familiares con música, canto en aimara y castellano, silbidos y el sonido característico del charango de hasta 24 cuerdas.
La vestimenta femenina, con ornamentos y el uso del anaco de origen prehispánico, refuerza la conexión con las raíces ancestrales.
El proceso de postulación
El camino hacia la UNESCO comenzó en 2021, impulsado por el Gobierno Regional de Moquegua y acompañado técnicamente por el Ministerio de Cultura. Se realizaron 16 reuniones técnicas y se registró material audiovisual y fotográfico en 2022.
El expediente fue remitido en 2023 y actualizado en 2024. Incluso durante la pandemia, las comunidades demostraron resiliencia y compromiso con la salvaguardia de su patrimonio.
El Ministerio de Cultura destacó que el Sarawja se convierte en la decimotercera manifestación peruana inscrita en la lista de la UNESCO, y felicitó la participación ejemplar de las comunidades portadoras. La decisión visibiliza la diversidad cultural del país y el papel fundamental de los pueblos indígenas en la preservación de sus tradiciones.
Este reconocimiento del Sarawja por la UNESCO es un hito importante para Moquegua y para el Perú. Una práctica que nació en los valles andinos, transmitida de generación en generación, ahora se convierte en patrimonio de la humanidad.
Más que un ritual festivo, el Sarawja es símbolo de resistencia cultural y de la capacidad de las comunidades para mantener vivas sus raíces en un mundo globalizado.