Amenidades
Día del Hombre

Día del hombre: ¿por qué nos cuesta trabajo expresar lo que sentimos? Te explicamos los motivos

En el Día del Hombre, surge la pregunta: ¿por qué nos cuesta tanto hablar de lo que sentimos? Aquí reflexionamos sobre este problema, los mitos de la masculinidad y el poder de nuestras emociones.
Día del hombre: ¿Por qué a los hombres nos cuesta hablar de nuestras emociones? (Composición Exitosa)
19-11-2025

Varón, amigo, hermano; en este día del hombre surge una duda que siempre vale la pena plantearnos a nosotros mismos: ¿Por qué cuesta tanto expresarnos cuando nos sentimos mal?, ¿por qué surge ese impulso de guardarlo todo, de cargar tanto peso? En este día en el que volvemos a reunirnos, sin tantos aplausos o vítores, se vuelve necesario darnos cuenta de este problema.

De pocas palabras

Todos estamos de acuerdo: somos de hablar poco. Somos prácticos, precisos, ¿por qué darle vueltas al asunto? Muchos lo aprendimos quizás de papá, alguien también sin muchas palabras, ocupado, sin tiempo para problemas. Pero lo que quizás no nos damos cuenta es que esa misma practicidad nos limita a sentimientos básicos.

Y es que no es solo cosa de estar molesto, feliz o triste, como si se tratara de una triada perfecta. Existen palabras más allá de eso: frustración, abrumarse, ansiedad, consternación, algarabía... y tantas otras que no caben en un solo párrafo. El primer paso para exteriorizar lo que sentimos es, justamente, salir de la cueva; reconocer que hay más formas en la que nuestra mente habla.

El esfuerzo por extender, como señala la master coach Claudia Martínez, nuestro "vocabulario de emociones" es lo que nos permite saber mejor qué decir, cuándo decirlo y cómo decirlo. Hay que ser honestos: en el fondo lo deseamos; queremos ser escuchados, sabemos que es un mito el que no nos guste hablar; de lo contrario, ¿por qué estaríamos aquí?

No es que un hombre no sienta nada, sino que no sabe cómo definir sus emociones muchas veces.

Un problema histórico y social

Por ello, lo siguiente a plantearnos es: ¿Qué nos impide abrirnos a la persona que más amamos? Si existe la oportunidad, ¿por qué no aprovecharla? Quizás pensamos que no es práctico. Ello nos conduce a la alexitimia: la dificultad para identificar, procesar y expresar emociones propias. Las experimentamos, pero nos cuesta ponerles nombre.

La sociedad acostumbró a que sólo las mujeres reciban un beneficio por hablar de sus sentimientos. Según la psicóloga clínica Barbara Markway, ellas se sienten más comprendidas y relajadas después de hablar de sus problemas. Sin embargo, en hombres, lamentablemente se ve como una ventana hacia la vulnerabilidad, a ser juzgados y criticados.

Históricamente, los hombres son menos recompensados por hablar de sus emociones.

Evitamos profundizar en ello porque, históricamente, no salimos bien parados o con buenas experiencias. Pero en este punto cabe preguntarse: ¿y por qué no cambiamos la historia? En este día, aquella frase que resuena desde nuestros primeros pasos: "Los hombres no lloran", ya no tiene por qué estar escrita en piedra.