¿Tu relación se ha vuelto tóxica?: Estas son las señales de que algo no anda bien con tu pareja
Vivir en pareja no es tarea fácil. Así lo planteó la master coach Claudia Martínez durante su participación en el programa 'Contra el Tráfico' en Exitosa. Comparó la vida en pareja con una Odisea que solo llega a buen puerto si se detectan las señales de alerta a tiempo.
Una de las primeras señales de toxicidad, según Martínez, es la falta de respeto a los límites personales. Actividades como leer, caminar, hacer ejercicio o ver películas en solitario pueden verse interrumpidas por exigencias de compartir todo con la pareja. El error está en pensar que no hacer cosas juntos todo el tiempo significa falta de amor. El espacio individual es necesario para "recargarse", y confundirlo con abandono puede generar tensiones innecesarias.
Silencios que pesan
Otra señal de alerta es el ocultamiento de emociones o decisiones para evitar herir a la pareja. Martínez ejemplificó con el dilema de la comida: si una persona no disfruta lo que cocina su pareja, pero no lo dice por temor a herirla, se enfrenta a una disyuntiva entre mentir o parecer cruel. Este tipo de silencios, lejos de proteger, erosionan la autenticidad del vínculo.
La especialista advirtió que el 94% de las peleas entre parejas no se resuelven, y que la diferencia está en cómo se abordan. El presentador Ricardo Rondón contrapuso que, aunque la teoría es clara, en la práctica es difícil aplicar estos principios. Ante ello, Martínez invitó a "conocer nuestras sombras", reconocer debilidades y evitar explotar. El silencio, sin embargo, también debe cuidarse para no caer en la indiferencia.
Celos, valores y control
Martínez señaló que incluso cuando se propone resolver un conflicto de forma serena, si una de las partes insiste en hacerlo de inmediato, ignorando el espacio necesario, se puede desencadenar violencia. También advirtió sobre el deseo obsesivo de saber lo que piensa la otra persona, los celos injustificados y los escenarios sin sustento.
El conflicto de valores, el machismo que impide el desarrollo profesional de la mujer, la inseguridad que exige constantes pruebas de afecto, y los comentarios pasivo-agresivos son otras señales de toxicidad. En todos los casos, el bienestar debe ser recíproco. Amar no es poseer, es cuidar sin invadir.
Detectar las señales de toxicidad no implica renunciar al amor, sino aprender a cultivarlo con respeto, autonomía y honestidad. Una relación sana no exige perfección, pero sí voluntad de crecer juntos sin anularse. Porque amar no es fundirse, es acompañarse sin perderse.