México: Tren Interoceánico se descarrila en Oaxaca y deja 13 muertos y 98 heridos, según Secretaría de Marina
Un grave accidente ferroviario se registró este domingo en la Línea Z del Tren Interoceánico, a la altura de Nizanda, Oaxaca. La Secretaría de Marina Armada de México (Semar) confirmó que el descarrilamiento de la máquina principal dejó 13 personas fallecidas y 98 lesionadas, cinco de ellas en estado de gravedad.
El convoy transportaba 241 pasajeros y nueve tripulantes en dos locomotoras y cuatro vagones. Tras el siniestro, 36 de los heridos fueron trasladados a hospitales de la zona del Istmo de Tehuantepec.
Atención inmediata
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo lamentó el accidente y compartió un mensaje en su cuenta oficial de X, donde precisó que los lesionados están siendo atendidos en hospitales del IMSS en Matías Romero y Salina Cruz, así como en unidades de IMSS-Bienestar en Juchitán e Ixtepec.
"He dado instrucciones para que el secretario de Marina y el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación se trasladen al lugar y atiendan a las familias de manera personal", escribió Sheinbaum.
Operativo en marcha
El Gobierno del Estado de Oaxaca instaló un módulo operativo de atención a la emergencia en coordinación con autoridades municipales y federales. En el operativo participan la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Semar y cuerpos de emergencia locales.
Además, se desplegaron cinco ambulancias terrestres, una aérea y alrededor de 40 elementos de sanidad naval para auxiliar a quienes cayeron a un talud de siete metros de altura.
La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) y la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario trabajan junto a la Marina para determinar las causas del descarrilamiento y definir las acciones necesarias para recuperar la operatividad de la vía férrea, priorizando la seguridad de los pasajeros y la infraestructura.
El descarrilamiento del Tren Interoceánico no solo dejó un saldo trágico de víctimas, sino que también generó un profundo impacto social en las comunidades del Istmo de Tehuantepec. Muchas de las personas lesionadas provienen de familias trabajadoras que utilizaban el servicio como medio de transporte cotidiano, lo que convierte la tragedia en un golpe directo a la vida comunitaria.
La tragedia ha puesto en evidencia la necesidad de fortalecer los protocolos de seguridad ferroviaria y de garantizar que los proyectos de infraestructura, como el Tren Interoceánico, cuenten con mecanismos de supervisión adecuados. Para las comunidades afectadas, la atención integral y el acompañamiento oficial resultan esenciales en un momento de duelo y vulnerabilidad.