Christian Cueva revive el penal fallido en el Mundial Rusia 2018 y revela: "Lo iba a patear Farfán"
Una herida que hoy se mira distinto. Han pasado más de siete años desde aquel 16 de junio de 2018, cuando Perú regresaba a un Mundial después de 36 años y Christian Cueva fallaba un penal frente a Dinamarca. En el podcast La Manada, el popular Aladino volvió sobre ese recuerdo, pero esta vez con un tono más sereno y reflexivo.
"Lógicamente te afecta. Uno siempre quiere dar lo mejor por su selección; teníamos la posibilidad de estar arriba en el marcador. Fallar un penal, en un mundial, te afecta", reconoció.
Cueva explicó que aquel error lo golpeó emocionalmente, más aún porque debía permanecer en Rusia por un contrato firmado para jugar en el continente. Sin embargo, con el paso del tiempo, asegura que puede conversar del tema con mayor tranquilidad.
El mediocampista destacó que, tras reflexionar, entendió que los fallos forman parte de la carrera de cualquier futbolista, dando así un giro positivo a lo que antes fue un peso difícil de cargar.
"Si he pateado penales siempre, he logrado unos y fallado otros, tendría que sentirme feliz porque ahora lo he hecho en un mundial", señaló.
La revelación: penal lo iba a patear Farfán
Uno de los pasajes más llamativos de la entrevista fue la confesión de Cueva sobre cómo se decidió quién patearía el penal. Señaló que si bien no existía una designación 'oficial' sobre quién debía patear un penal, ya existían jugadores conocidos por su efectividad en el tiro y que aseguraban goles, uno de ellos siendo Jefferson Farfán.
Según contó, tras la falta cometida hacia él que derivó en el penal, quien iba a pegar el tiro sería 'la Foca'; sin embargo, debido a que la falta la había sufrido Cueva y porque "venía confiado" tras anotar un penal en las eliminatorias, pidió realizar la acción de juego, aunque esta vez la suerte no lo acompañó .
"Entonces, lo iba a patear 'la Foca', pero como la falta fue a mí yo le dije «Jefferson, yo voy»", reveló.
Cueva aclaró que Farfán tuvo total disposición de cederle el tiro y que no hubo problemas en ese momento. Hoy, incluso, toma con humor aquella decisión.
El relato de Christian muestra una nueva perspectiva: la de un jugador que aprendió a aceptar sus errores y darles un significado distinto. Lo que para los hinchas fue una herida difícil de olvidar, para él hoy es también un recordatorio de que los sueños y las derrotas forman parte de la misma historia. Y que, incluso en los momentos más duros, siempre hay espacio para la resiliencia.