Caso Saweto: Poder Judicial condena a 28 años de cárcel a madereros por asesinato de líderes asháninkas
El Poder Judicial dictó 28 años y tres meses de prisión contra los empresarios madereros Hugo Soria Flores y José Estrada Huayta, así como a los hermanos Josimar y Segundo Atachi Féliz, por el asesinato de cuatro líderes indígenas de la comunidad Alto Tamaya-Saweto, en Ucayali.
Las víctimas fueron Edwin Chota Valera, Francisco Pinedo Ramírez, Jorge Ríos Pérez y Leoncio Quintísima Meléndez, dirigentes que se enfrentaron a las mafias madereras para defender su territorio ancestral.
La Corte Superior de Justicia de Ucayali también ordenó el pago de una reparación civil de S/400.000 a favor de los familiares. Este fallo llega tras una década de reclamos de las viudas y comunidades amazónicas, que exigían sanción contra los responsables.
Defensores asesinados por proteger el bosque
Los hechos se remontan a septiembre de 2014, cuando los dirigentes indígenas emprendieron un viaje hacia la frontera con Brasil para reunirse con comunidades del país vecino.
Durante el trayecto, fueron emboscados por sujetos vinculados a intereses madereros ilegales. Posteriormente, sus cuerpos fueron hallados en una quebrada de la zona de Putaya, con evidencias de tortura y asesinatos a sangre fría.
Los líderes asháninkas habían denunciado en varias ocasiones las amenazas en su contra. Incluso, Edwin Chota había alertado que existía una persecución por su defensa de la selva.
Pese a ello, no contaron con protección suficiente. La Fiscalía y los jueces sustentaron la condena en testimonios claves, entre ellos el de un testigo protegido que relató cómo los acusados planificaron y ejecutaron el crimen para silenciarlos.
Justicia para Saweto y advertencia a las mafias
La sentencia representa un triunfo parcial para las comunidades amazónicas, que durante años reclamaron por la impunidad del caso.
Sin embargo, aún queda pendiente la captura de Eurico Mapes Gómez, otro de los implicados en el asesinato, quien permanece prófugo.
Diversas organizaciones indígenas, como la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) y la Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU), destacaron que el fallo es "una luz de justicia" para las viudas y las comunidades, aunque remarcaron que la violencia contra los defensores ambientales persiste en la Amazonía.
El caso Saweto se ha convertido en símbolo de la lucha de los pueblos indígenas por la defensa del bosque frente a la tala ilegal. La sentencia envía un mensaje claro: los crímenes contra los defensores indígenas no quedarán impunes, aunque la justicia tarde en llegar.