EE. UU. intensifica maniobras con fuego real en el Caribe en medio de su ofensiva contra el narcoterrorismo
El Comando Sur de Estados Unidos ejecutó prácticas de fuego real en aguas del mar Caribe, en un despliegue que incluyó buques de guerra, unidades del Cuerpo de Marines y sistemas de defensa antiaérea.
En los videos difundidos en la cuenta oficial de la entidad en X, se observa el disparo coordinado de cañones navales, el lanzamiento de proyectiles desde cubiertas de embarcaciones, maniobras en formación y la detonación de municiones de alto calibre sobre el mar.
Según la declaración oficial, "las fuerzas de la Marina y del Cuerpo de Marines de Estados Unidos realizaron entrenamientos, incluida una práctica de fuego real con sistemas de armas navales, en el mar Caribe". El ejercicio fue presentado como parte de la misión de operaciones lideradas por el Departamento de Defensa y enmarcadas en las prioridades fijadas por el presidente Donald Trump.
El Pentágono destacó que estos movimientos buscan mostrar preparación y letalidad en escenarios de combate, reforzando así la presencia estadounidense en una zona considerada estratégica por las rutas del narcotráfico.
Operaciones antidrogas y despliegue militar sin precedentes
La administración republicana notificó al Congreso que estos despliegues se dirigen a combatir a los carteles de la droga, calificados como "grupos armados no estatales" y "organizaciones terroristas". En ese documento, se registraron al menos tres operaciones recientes con saldo de 14 presuntos miembros de redes de tráfico fallecidos.
La portavoz presidencial, Anna Kelly, sostuvo que "el presidente actuó en línea con el derecho de los conflictos armados para proteger el país de quienes intentan traer veneno mortal a nuestras costas", agregando que Trump está cumpliendo su promesa de enfrentar a los carteles.
El despliegue incluyó diez aviones F-35 estacionados en Puerto Rico, ocho buques de guerra y un submarino nuclear. Esta concentración de fuerzas constituye la mayor movilización militar estadounidense en el Caribe en más de tres décadas, reflejando la decisión de Washington de mantener el control en una región marcada por el tráfico ilícito de drogas.
Tensión creciente con Venezuela
Las maniobras se produjeron en un contexto de creciente tensión diplomática y militar con Venezuela. Trump advirtió que si aviones venezolanos volvían a acercarse a embarcaciones estadounidenses, serían derribados. El incidente se remonta al sobrevuelo de dos aeronaves militares venezolanas cerca de un buque de EE. UU.
Por su parte, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, denunció la presencia de cinco aviones de combate estadounidenses a solo 75 kilómetros de la costa venezolana, calificando el hecho como una "provocación" y una "amenaza contra nuestra seguridad nacional". Caracas emitió una nota oficial señalando una "flagrante violación del derecho internacional" y alertando sobre riesgos para la aviación civil.
El régimen de Nicolás Maduro acusó a Washington de utilizar las operaciones antidrogas como pretexto para justificar su despliegue militar y de buscar un cambio político en Venezuela. En tanto, el Caribe se mantiene bajo alta vigilancia, con ejercicios y patrullajes que aumentan la fricción entre ambos gobiernos.