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¿Te gusta chismear? Estudios revelan que esta práctica refuerza ciertas aptitudes en las personas

Los chismes forman parte de la vida diaria, y por tal motivo se realizaron varios estudios para identificar cómo afectan a las personas y su entorno social.

El chisme tiene una función en las personas.
El chisme tiene una función en las personas. (Difusión)

21/07/2025 / Exitosa Noticias / Tendencias / Actualizado al 21/07/2025

Muchas veces, las personas no son conscientes, pero el chisme forma parte de su vida cotidiana. Diversos estudios antropológicos concluyen que es parte del entorno cultural y tiene una función que responde a profundas necesidades de cohesión y aprendizaje, lejos de ser solo un hábito malicioso.

¿Cómo el chisme forma parte de las dinámicas sociales?

Para la antropóloga de la Universidad Washington State, Nicole Hagen Hess, el chisme está arraigado en los grupos humanos y es parte de su vida diaria. Una serie de circunstancias han permitido que sean universales y persistentes. Puede abarcar desde la reputación de una persona, una camisa nueva o rumores acerca de un compañero de trabajo o alguna celebridad.

"El chisme está presente en todos nosotros y en cada cultura cuando se dan las circunstancias adecuadas", sostuvo la doctora Nicole Hess para la BBC.

El chisme está presente en las personas y la cultura.
El chisme está presente en las personas y la cultura.

Detalló de que no es necesario que la persona objetivo esté ausente para que esto se pueda dar, no se limita a hablar a espaldas de un individuo de manera malintencionada. Basta con referirse a alguien presente o no, para que exista un chisme. Según la especialista, esto sirve en el campo de las reglas y las jerarquías sociales, y ofrece una vía para avisar sobre relaciones de confianza, riesgos o alianzas.

El chisme cumple una función social

Otro experto, reconocido en el campo de la evolución humana, es el antropólogo británico Robin Dunbar, quien manifestó que el chisme cumple una función social que, comparado con otros primates, equivaldría al acicalado físico. Como los monos limpiándose, el cotilleo permite crear y sostener vínculos, afirmar la posición jerárquica e intercambiar información de supervivencia.

En un estudio de la Universidad de Dartmouth en Nuevo Hampshire, Estados Unidos, citado por la BBC, se comprobó que las personas que intercambian chismes entre sí, no solo generan una influencia mutua, sino que generar sentido de comunidad. La investigación observó que este grupo mostró disposición a participar en dinámicas sociales luego de chismear entre ellos.

Frank McAndrew, profesor de Psicología en el Knox College de Illinios, indicó que el interés en el chisme es una herramienta evolutiva. Saber "quién se acuesta con quién" o "quién tiene poder", permitía tener una ventaja clave en los primeros seres humanos. Otro estudio, de la la Universidad de California en Riverside, reveló que en promedio una persona dedica 52 minutos diarios al chisme.

De esta manera, el chisme no es algo tan banal como se ha creído por años y su práctica responde a rasgos propios de los antepasados del ser humano.

 

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