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OPINIÓN | Carlos Jaico: El costo de la ignorancia

No te pierdas la columna de Carlos Jaico, jurista internacional

11/08/2022 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023

El Perú, desde 1992 con Alberto Fujimori, le dio a Bolivia una playa de 5 km. brindando el puerto de Ilo para que las mercaderías bolivianas puedan salir hacia el Pacífico. Luego, Alan García y Martín Vizcarra confirmaron con Evo Morales lo acordado, ampliando incluso las ventajas comerciales para Bolivia.

En resumen, se otorgaba a Bolivia una concesión sin soberanía de una zona franca industrial en Ilo, de aproximadamente 160 hectáreas y de la zona franca turística de la playa conocida como “Boliviamar”, con un litoral de 5 km de extensión.

En este contexto llegó la juramentación del 28 de julio de Pedro Castillo en el Congreso de la República, desde donde pasamos al Centro de Convenciones para el encuentro con las delegaciones presidenciales. Una de las reuniones sostenidas fue con el presidente Luis Arce de Bolivia.

Entre los puntos tratados con la delegación boliviana fue el proyecto de modernización de la línea férrea que conectaría los puertos de Santos, en Brasil, e Ilo, en Perú.

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La importancia comercial de este proyecto para Bolivia consiste en evitar el costoso traslado - en tiempo y dinero- de mercaderías a través del Canal de Panamá o el paso por el Cabo de Hornos, en su camino hacia el continente asiático. Para el Perú, sumada a su importancia geopolítica, este proyecto conllevaba una significativa renta estratégica. Entre los otros puntos tratados, no se discutió en ningún momento de cesión de territorio peruano a Bolivia.

Esta primera reunión en Lima entre Pedro Castillo y Luis Arce se cerró con un acuerdo de organizar el VI Gabinete Binacional en La Paz, Bolivia, el cual se llevó a cabo el 30 de octubre 2021. Allí, ambos países reafirmaron el compromiso para impulsar y concluir el estudio del proyecto -ahora denominado- “Corredor Ferroviario Bioceánico de Integración”.

Dicho esto, cuando Pedro Castillo como sindicalista formula la idea de salida al mar de Bolivia, no compromete al Estado peruano según la convención de Viena sobre derecho de los tratados. Otra cosa, son sus exabruptos como presidente de la República, que denotan su pírrico conocimiento de las relaciones con Bolivia tanto como su incompetencia y ausencia de preparación en temas de política internacional; alimentada por un cortejo de funcionarios mediocres, sin credenciales profesionales reales.

Así, esta ignorancia consciente al más alto nivel de la gestión pública, no solamente configura por sí sola traición a la patria, sino también la traición de las esperanzas de quienes votaron por él.

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