15/02/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
El analista Doug Nolan, ha hecho un extenso y documentado resumen de lo acaecido el año pasado. Me gusta parte de su final en que expresa que su país no es lo que era ni lo que espera que sea. Como sociedad cada vez más insegura, gravita hacia las teorías de la conspiración y la desinformación. Han creado demasiados enemigos: los medios de comunicación, los políticos rivales, las fuerzas del orden, la comunidad científica... La mentira, el engaño y el asesinato del carácter se elevaron a un ethos nacional. Las elecciones y especialmente sus secuelas, han sido una desgracia nacional. Washington arruinó por completo la respuesta a la crisis y estamos pagando un precio tremendamente elevado sentencia Nolan...
El sector privado aceptó el desafío con nuevas vacunas en un tiempo récord y hay esperanzas con ellas. Pero preocupan cicatrices cada vez más profundas, algo infligido por billones de inflación monetaria. La historia informa que las sociedades son cada vez más susceptibles a la degeneración, la inestabilidad y
la imprevisibilidad. Que el inflacionismo resulta extremadamente difícil de remediar. Los préstamos imprudentes, estímulos fiscales y la “impresión de dinero” están poniendo el futuro en gran peligro. Si no fuera por los episodios (algo menos) imprudentes de inflación monetaria en todo el mundo, el índice del dólar estadounidense seguramente habría sufrido más. En noviembre se registró un déficit comercial de mercancías récord de USD 84,800 millones. El oro subió 380 dólares, o un 25%, para terminar el año en 1,899 dólares. La plata subió un 47% a 26.41 dólares, el cobre un 26%. Bitcoin llegó a USD 42,000, corrigió un 25% hacia abajo y se recupera. Tesla invierte en la cripto. Jay Powell ha señalado que seguirá comprando USD 120,000 millones en bonos y Biden/Yellen USD 1.9 billones de estímulo. Ni hablar de las otras monedas fiduciarias que imprimen y “estimulan”. Y, en el Davos virtual Lagarde enfatizó que la financiación está segura para el consumo e inversión. ¿Morirá toda esta avalancha fiduciaria?
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