OPINIÓN | Rubén Quiroz: ¿No hay bono para los trabajadores escénicos?

Para un modelo de sociedad neoliberal o para los totalitarismos populistas, el arte no es esencial para la vida. Sea cual fuere el sistema político social los artistas apenas son incluidos en el reconocimiento de cualquier gesto gubernamental.

Y eso es lo que sucede ahora. Es casi un desalmado lugar común sostener que el artista se muere de hambre. Eso deja de ser una chusca metáfora para que esa situación de precariedad se agudice en momentos de crisis profundas.

Es que domina un paradigma que asume que los artistas no son trabajadores y que lo suyo es, en el mejor de los casos, un modo de solaz gratuito. Bajo esa premisa, dentro del ya frágil universo laboral peruano, son una comunidad en condiciones de mayor inestabilidad sin reconocimiento de sus obvios derechos correspondientes. ¿Tienen vacaciones, CTS, AFP, ONP y demás elementos que poseen los trabajadores formales? La respuesta es aviesamente contundente.

Entonces, si no son trabajadores, con deberes y derechos, ¿qué son? La idea de no asociarlos a la fuerza laboral estándar es justamente una estrategia de despojo de sus elementales derechos y con ello naturalizar una antigua exclusión.

Entonces, si tienen una situación ten endeble ¿de qué viven? Muchos de nuestros compañeros artistas tienen que hacer actividades ajenas al quehacer escénico. Esto se vuelve más agudo cuando una fuente de ingreso, como son las puestas de escenas en las salas de teatro, ahora son totalmente inexistentes.

¿Hay elencos con sueldo fijo en el Perú? Si los hubiera son más bien una excepción. Es por ello, bajo el axioma de que el gobierno existe para cuidar de su comunidad y garantizar condiciones de vida dignas, es que debe incluirse como política de estado, el resguardar los derechos de todo trabajador artista, sin distingo. Y, en situaciones de extrema crisis como la que estamos viviendo, solventar a los grupos más vulnerables, para que la industria no desaparezca.