OPINIÓN | Jorge G. Solís: La tiranía de las palabras

La tiranía de las palabras es una obra de Stuart Chase, que trata sobre la semántica o el significado de las palabras y sobre cómo realizar una comunicación operacional, con referentes claros. Se debe romper el pacto infame de hablar a media voz y con eufemismos ladinos.

Un ejemplo que vale la pena citar para desterrar toda opacidad en el discurso que expresan los políticos, es el mensaje inaugural del presidente, recordemos que a manera de proclama dijo: “estamos dispuestos a recuperar la soberanía sobre todos nuestros recursos naturales, porque muchos hoy en día están en manos extranjeras, con contratos de estabilidad tributaria. Es una de las razones principales que nos obliga a buscar una nueva Constitución”; a la sazón, el expremier Guido Bellido amenazó con nacionalizar el gas de Camisea, aclarando que no es estatización, en el mismo sentido se han pronunciado lo adláteres del gobierno; sin embargo, “lo mismo da Chana,, que Juana”.

Cuando el sátrapa Juan Velasco Alvarado tomó y expropió el complejo industrial de la refinería de Talara, el 9 de octubre de 1968, mediante Decreto Ley N°417066, que operaba la International Petroleum Company (IPC), se regordeaba, anunciando que el Perú había recuperado la soberanía sobre nuestros recursos naturales, ese infausto día fue celebrado como el “día de la dignidad nacional”, lo que vino después son el epitafio de las políticas socializantes que nos llevaron a la bancarrota.

Hoy, 53 años después, se ha puesto en la agenda del gobierno políticas trasnochadas, como la estatización de los recursos naturales, bajo el cliché de nacionalización. En efecto, nacionalización es la trasformación de los activos privados en activos públicos al llevarlos a la propiedad pública de un gobierno nacional.

A decir del estudioso mexicano Eduardo García Gaspar: “la nacionalización es un cambio de títulos de propiedad por el que los bienes de personas particulares pasan a ser propiedad gubernamental. Esto sucede especialmente en ciertas industrias, como petróleo, electricidad, telecomunicaciones, minas, instituciones financieras y demás. Entendida la nacionalización como la conversión de activos privados en activos gubernamentales, ella debe incluir también a los impuestos.

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Sin son excesivos, ello implicaría una modalidad de nacionalización. Entonces es posible comprender a la nacionalización como una política económica de corte socialista cuya esencia es esa transformación de bienes privados en bienes públicos administrados por un gobierno”.

Ahora bien ¿qué es estatización? “Estatización, estatalización o estatificación, es el conjunto de disposiciones y operaciones mediante las cuales el Estado asume, en forma variada, a administración de empresas privadas, de grupo de empresas o la totalidad de ciertos sectores económicos, manejados con anterioridad por particulares”. Es.wikipedia.org

En suma, existe una sinonimia en ambos términos, tienen la misma definición y características, dejémonos de eufemismos, debemos decirle al pan, pan y al vino, vino.

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