OPINIÓN| Manuel Rosas:Todo el Perú está Chihuán

Los ingresos que tenemos no alcanzan para resolver nuestras necesidades. Sí, así andamos siempre. El Perú anda Chihuán. No alcanza para resolver las necesidades más urgentes y no necesariamente porque los ingresos sean muy escasos sino porque estos se malgastan, dilapidan, no priorizan. Andamos Chihuán en salud. El nuevo presupuesto 2019 no alcanzará para resolver la falta de hospitales, para modernizar los vetustos erigidos en provincias como pruebas de abandono literal a la muerte. No alcanzará para mejorar debidamente remuneraciones de médicos, enfermeras, obstetras, laboratoristas, técnicos y administrativos en general. No alcanzará para sacar a decenas de ciudades de los años 50 en cuanto a diagnósticos por imágenes porque en muchos lugares de nuestra patria apenas un viejo aparato de Rayos X ayuda a los médicos a descubrir la enfermedad que padecen nuestros compatriotas. ¿Tomografía?, ¿Resonancia magnética? Más fácil parece tener un platillo volador. No alcanzará para darle especialistas médicos a por lo menos las capitales de provincia; nefrólogos, neurocirujanos, cardiopediatras, oncólogos, entre otras especialidades son absolutamente desconocidas a la salida de Lima. Más Chihuán no podemos estar.

¿En Educación? Andamos igual. Otra vez el presupuesto del año 2019 no cubrirá el déficit quintomundista de colegios que tenemos, menos aún el real mantenimiento de viejas infraestructuras bajo cuyas peligrosas sombras estudian miles de hijos nuestros. Los profesores añadirán un año más al largo siglo de espera por un sueldo digno acorde con su encomiable labor. Habrá 200 soles de aumento en dos tramos, es decir como tomar un antiácido para sanar de grave úlcera gástrica. Otra vez seguiremos contratando miles de docentes cuyas plazas están presupuestadas por más de 15 años, pero no se regularizan por “falta de dinero”.

Los trabajadores administrativos deberán contentarse un año más con un sueldo por debajo de mil soles. Es nuestra triste realidad. El Perú crece poco, no genera empleo de calidad, la informalidad crece junto a necesidades insatisfechas. Mirar a EsSalud da pena. Mirar a los jubilados cobrando 250 o 450 al mes, da pena. Andamos recontra Chihuán.

Lo grave, sin embargo, no son nuestras necesidades insatisfechas sino nuestro vergonzoso despilfarro. Más Chihuán todavía. No somos un país rico, es verdad, pero, aun así, somos derrochadores impulsivos. Botamos más de 10 mil millones de soles anuales en corrupción. Con ese dinero podríamos construir 50 hospitales en un solo año. Dejamos de cobrar a los que más tienen más de 14 mil millones de soles al año por concepto de exoneraciones. Líneas aéreas, casinos, mineras, agroexportadoras están en lista. Ninguno necesita, pero a todos se les da. Con ese dinero podríamos construir 70 colegios emblemáticos en un año o por lo menos 200 colegios ordinarios en todo el país. ¡En un año! Recontra Chihuán estamos, recontra Chihuán somos. Aunque la verdad, en el caso del Perú, hace rato que Chihuán suena a Huamán.