20/12/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Una rana saltó un día a una olla de agua y al toque volvió a saltar para salir, pues el agua estaba hirviendo. Otras ranas se metieron a la misma olla, pero con el agua fría. Se relajaron y se pusieron a parlotear, sin tomar nota que el agua se calentaba a fuego lento y al cabo de un rato, ya templada y luego hirviente, se sancocharon. Esta es una fábula muy conocida y tiene su moraleja.
Me parece que ello pasa un montón en el país. Millones metidos en una olla con agua tibia en la que sólo faltan los “grillos”. De a pocos han tolerado todo, como el roba pero hace obra. Que la macro OK, hace que el Perú sea visto como un milagro económico, aunque la educación y salud esté hasta las patas, la inseguridad caótica, y la informalidad sea inmensa.
Tal vez sea en cierto modo la tolerancia a la hiperinflación, la corrupción y el terrorismo, lo que al soportarse tanto, ello haya sido como el agua de la olla que llegó a hervida. O que lo acontecido en el exterior, consenso de Washington; privatización; crisis en el 2008, préstamos como cancha y la maquinita de los centrales funcionando a todo vapor, nos dio, junto con el desarrollo de China y los precios altos de los minerales, cierta prosperidad y fue foco para que se generara el fatídico Lava Jato y la podredumbre política.
Al seguir la olla calentándose, contribuyeron la prensa mermelera, llena de hipócritas y farsantes y ese etc. que siempre los acompaña, como son los troles en las redes. Y a mi juicio el patán de Martin Vizcarra con su metida de pata con el confinamiento y vanidad provinciana, siguió calentando la olla en demasía. Y el Congreso que él mismo promocionó, resultó ser peor y lo liquidaron. Entonces se puso de moda la calle.
¿Allí están las ranas y sapos que saltarán si el agua hierve, antes de ponerse moradas?
