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Opinión | Dennis Falvy: Wow, ya somos más de 8000 millones

Les Knight, el fundador del Movimiento para la Extinción Humana, dice que mejor que podemos hacer para el planeta es no tener hijos.

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05/12/2022 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023

Les Knight, el fundador del Movimiento para la Extinción Humana, dice que mejor que podemos hacer para el planeta es no tener hijos, pues pronto llegaremos a los 10,000 millones y eso es una calamidad. En 1798, el economista británico Thomas Malthus afirmó que la población humana crece en progresión geométrica y los recursos de la tierra en aritmética. Lo postuló en su “Ensayo sobre el principio de población”.

Malthus identificó que el ritmo de crecimiento de la población superaba, con creces, la capacidad de la sociedad de producir alimentos suficientes para abastecerse y ello generaría inexorablemente hambrunas, conflictos y muerte. Notó las discrepancias entre el número de bautismos y el de entierros, en un oficio parroquial que tuvo, dicen estudiosos del personaje.

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En 1790, por ejemplo, había 15 bautizos y 8 entierros. Añade Marc Fortuño del Blog Salmon, que el reloj mundial de Naciones Unidas marcó un hito histórico. Los seres humanos hemos superado la cifra de 8.000 millones. China, con una población de 1.452 millones, seguido por India y sus 1.412 millones y Estados Unidos con 335 millones.

En 50 años nos hemos doblado y ello, como Malthus, se cree que esto es complicado. Claro que Malthus no veía la productividad y tecnología, que fue desarrollándose con los años. A mediados del siglo XX, entre 1960 y la actualidad, la población mundial aumento un montón, la producción mundial de alimentos se triplicó y el uso de la tierra solo creció menos del 15%.

Los avances tecnológicos y científicos en las industrias mecánica, química y genética fueron notables. Entre las dos guerras mundiales, los tractores motoriza-dos reemplazaron gradualmente a los animales de carga. A partir de la década de 1950, las máquinas se volvieron más potentes y avanzadas, como los cargadores automáticos, los esparcidores de fertilizantes y las gradas rotativas.

En el siglo XIX irrumpieron los fertilizantes químicos para compensar la falta de orgánicos disponibles, así como pesticidas que dieron mayor productividad a las hectáreas de tierra. Pero ¿qué viene después? señalan algunos Malthusianos muy preocupados.

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