07/09/2022 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Podemos hacer un evento que se llame “Trujillo baila con Trujillo”. Lo propuse yo, y Hernando de Orellana Pizarro aceptó.
Era noviembre de 2021 y estábamos en Trujillo de Extremadura, la ciudad española de donde salieron los conquistadores. Hablábamos sobre Trujillo del Perú y decidimos traer bailarines de marinera para que bailaran aquí.
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En el mismo Trujillo español, estamos ahora recordando nuestra anterior conversación. Mi interlocutor usa blue jeans y no se ha dejado las barbas, pero es descendiente directo del conquistador Francisco Pizarro y de Francisco de Orellana el explorador del Amazonas. Conversamos en su natal Trujillo de Extremadura, donde preside la fundación Obra Pía de los Pizarro que tiene proyectos en desarrollo en la mitad del mundo.
Hernando es ingeniero de caminos, canales y puertos, pero según me dice, no son caminos los que ahora construye. Ahora está tratando de establecer puentes entre nuestras naciones e historias.
La fundación de su presidencia ha impulsado las relaciones culturales entre España e Iberoamérica, los trabajos de investigación y restauración de las criptas de la Catedral de Lima, diversos proyectos académicos en nuestras universidades, el Proyecto de Estudios Indianos y algunas tareas en Trujillo del Perú.
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Hay veintitantos Trujillos en el mundo y ha sido obra de Hernando hermanarlos, tarea en la que ha trabajado desde hace más de una década con José Antonio Redondo, el sempiterno alcalde socialista de la vieja ciudad.
- ¿Qué piensas sobre Francisco Pizarro? - le pregunto.
Y Hernando comienza una conversación que no tiene fin. Habla sobre el sentido mismo de la historia.
Añade que en cada época y en cada nación se construye un relato, y que el suyo es el que, como hombre de este lado del mundo, le corresponde.
- ¿Y tú? - me pregunta. Y quiere saber si tengo alguna cólera escondida.
No la tengo. No tengo nada contra los españoles. Los nuestros son apellidos españoles y son nuestras querencias también. Soy tan descendiente del caballero de la Mancha y de doña Dulcinea como de Túpac Amaru y de Micaela Bastidas, y como ellos amo y también me rebelo.
No terminamos de conversar porque veinte mil personas en la plaza hacen un mar humano que no deja de aplaudir a los veinte bailarines que hemos traído del otro Trujillo. Según la letra de un tondero, en Trujillo nació Dios. Debe de ser así.
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