OPINIÓN | Jorge Tineo Rendón: The Grateful Dead: una institución de la cultura pop norteamericana

En los últimos cinco años, dos documentales han actualizado la legendaria historia de The Grateful Dead, usando las modernas plataformas Amazon Video y Netflix. En Long strange trip (2017), el joven director norteamericano Amir Bar-Lev (California, 1972), explora su carrera desde sus inicios, como animadores de aquellos happenings que, bajo el nombre de Acid Tests (Pruebas de Ácido), organizó el escritor beatnik Ken Kesey en San Francisco, entre 1965 y 1966; hasta el fallecimiento de su líder, el guitarrista y cantante Jerry García, en 1995, a la edad de 53 años.

Por su parte, The other one (Mike Fleiss, 2014) se concentra en la figura de Bob Weir, segunda guitarra y lugarteniente de García. Weir, actualmente de 71 años, fue parte fundamental del sonido e imagen de los Dead, contribuyendo en las armonías vocales y componiendo temas como One more Saturday night, Cassidy y Playing in the band, fijos en el extenso repertorio de los máximos exponentes del jam-rock psicodélico. El músico californiano cuenta su propia historia como miembro fundador de los creadores de Truckin', Dark star, Sugar magnolia y otros clásicos.

La saga de The Grateful Dead está ligada a uno de los capítulos más interesantes y controversiales de la historia moderna norteamericana: el hippismo y la cultura de la droga. Desde su asociación directa con el consumo y distribución del LSD -Augustus 'Bear' Owsley, su sonidista, fue uno de los principales proveedores de ácido lisérgico en los sesenta y setenta- hasta el fenómeno de masas en el que se convirtieron sus giras y las interestatales peregrinaciones de sus leales y seguidores, los Deadheads -en los ochenta y noventa- este grupo logró, sin campañas publicitarias ni éxitos radiales, crear un culto casi religioso de proporciones épicas.

Jerry García (voz, guitarra), Bob Weir (voz, guitarra), Phil Lesh (voz, bajo), Ron 'Pigpen' McKernan (voz, teclados), Bill Kreutzmann (batería) y Mickey Hart (batería, percusión) produjeron seis alucinantes álbumes entre 1967 y 1970, desplegando una mezcla alucinógena de country, rock, blues, jazz y psicodelia. Tras la muerte prematura de McKernan, en 1972, fue reemplazado por Keith Godchaux (1973-1978) y Brent Mydland (1979-1990), etapas en que The Grateful Dead desarrolló al máximo su sistema de amplificación y sus multitudinarios conciertos-rituales. En 1987, veinte años después de su formación, el tema Touch of grey (de su penúltimo LP oficial, Into the dark), les dio una inusitada popularidad que extendió aun más su capacidad de convocatoria.

Tras la muerte de García se han editado cientos de álbumes póstumos con conciertos y reediciones de sus producciones clásicas. Entre junio y julio de 2015, para celebrar 50 años de la banda, Weir, Lesh, Kreutzmann y Hart, acompañados por Trey Anastasio (guitarra), Jeff Chimenti (teclados) y Bruce Hornsby (pianos) hicieron cinco conciertos a los que asistieron, en total, más de 700 mil personas, en Chicago y San Francisco.