28/07/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Una profunda crisis institucional ha debilitado el rol de las Relaciones Exteriores del Perú. Un grupo de poder, identificado con el fujimorismo, ascendió gracias al auspicio de PPK y su gobierno. Una de sus cabezas visibles prometió a la candidata Fujimori la intervención de la OEA en las elecciones peruanas, en el ánimo de impedir la proclamación de Pedro Castillo.
Las relaciones exteriores requieren reformularse a la luz de las grandes tendencias mundiales. Una cosa es segura, ya nunca volverá la vieja normalidad, la anormalidad del cambio será la regla.
◼ 2030, el año del gran cambio
El mundo se acerca a un nuevo escenario de poder mundial, cuya definición tiene como fecha el año 2030, marcado por el ascenso de China, seguido de India.
La tercera globalización y la cuarta revolución industrial, que se avecinan, marcarán también el 2030, con el inicio de una revolución productiva basada en la digitalización, en el internet de las cosas y la inteligencia artificial.
◼ Covid-19, un nuevo vector internacional
La pandemia del Covid-19 ha desatado un enorme riesgo para la vida y también para la estabilidad económica y social de los países afectados. Entre ellos el nuestro, una nación que ha exhibido extrema vulnerabilidad y falta de gobernanza de la crisis.
China, origen del Covid-19 y demostrando su fortaleza, rebotó en toda su economía en el segundo trimestre 2020, cuando el resto del mundo entró en lo más profundo de la caída, y terminó el año con crecimiento económico.
La crisis ha demostrado con claridad que la mutua interdependencia, creada por la globalización económica, tecnológica y comercial, ha permitido a toda la humanidad enfrentar con relativa efectividad la crisis sanitaria que aún nos azota. Estamos en un mundo sin fronteras físicas y con respuestas comunes ante las amenazas a nuestra supervivencia, como lo expresa el proceso de creación de vacunas, el cual no tiene precedentes.
◼ Nueva era, nueva política exterior
La tendencia al ascenso de Asia y el estancamiento de América Latina, obliga a repensar nuestra táctica política internacional, muy marcada por la era Trump.
En ese marco es necesario revisar la política seguida por el Grupo de Lima, que el Perú encabeza, que no ha permitido resolver la situación de Venezuela por medios propios de la diplomacia, generando un foco de conflicto que puede tener proyecciones muy graves para la seguridad de nuestra región.
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