13/04/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Cada país está enfrentando la pandemia a su manera; en forma particular y no colectiva, como debiera ser en un universo globalizado donde hay naciones líderes que por su condición de tales tienen incumbencia en los asuntos de otros países; y, sobre todo, organismos internacionales que tienen
un mandato para cumplir rol fundamental en circunstancias como estas.
La pandemia del coronavirus es el enemigo público número uno del planeta tierra que atenta contra la salud y la vida de toda la humanidad, al punto que ya afectó de inmediato la economía, la sociedad y la gobernabilidad de los países; con la sola excepción de la China, donde se localizó casi particularmente la región donde nació, y Corea del Sur donde este mal se trató de manera oportuna y adecuada.
El resto del mundo está luchando contra esta amenaza cada cual como puede, a su manera y con sus propios recursos, con escasa o ninguna solidaridad de otros países, que antes si han estado atentos para otras situaciones menos importantes o graves en términos comparativos como la que hoy estamos viviendo.
Este nuevo escenario que ha creado la pandemia pone en cuestión la globalización y abre más bien el espacio a la desglobalización. Por un lado, no hay liderazgo, ni cooperación de las naciones desarrolladas como Estados Unidos y Europa; donde cada país está luchando por su cuenta contra este mal.
Ni siquiera se ha reunido el Grupo de los 8 o el Grupo de los 20 países más importantes del mundo para establecer respuestas comunes. Por otro lado, los organismos internacionales como Naciones Unidas tampoco han asumido un rol dirigente para orientar, asesorar e intervenir en forma más directa.
Excepto la Organización Mundial de la Salud que tarde se enteró y más tarde actuó. Los daños a los países son inmediatos. La salud y la vida de miles de personas. Se está produciendo la quiebra de empresas y destruyendo empleos en todo el mundo.
Los más afectados, como siempre, son los países en desarrollo, y en su interior los más débiles, que siempre son los más pobres o excluidos de la economía. De un momento a otro, millones de personas se han quedado sin trabajo y sin ingresos. Los expertos dicen que la recuperación será lenta y durara algún tiempo. Se abren escenarios de inseguridad e incertidumbre. Sin embargo, seamos optimistas y positivos.
