OPINIÓN | Víctor López: Pandemia, consecuencias y posibilidades

REALIDAD. Vivimos la peor crisis de la humanidad. Nunca antes el planeta ha tenido un enemigo común que atenta contra la salud y la vida de todos. Y también la seguridad, la paz y la tranquilidad.

El coronavirus está en todas partes. Ningún país estuvo preparado para esto. Ni siquiera los desarrollados. Pese a que Bush y Gates lo anunciaron. También algunos escritores y cineastas.

Estaban en otra cosa. Cambio climático y terrorismo como amenazas universales. Nunca imaginaron que el peligro inmediato sería bacteriológico; aun cuando se hablaba de guerra de este tipo. Se sabrá sobre el origen.

Si fue creado en laboratorio, quien sabe con qué fines, y cómo “pudo llegar a un ser humano”. O, “evolucionó naturalmente” de un animal a una persona. Entre la “causalidad” o la “casualidad”. NO hay respuestas colectivas de bloques o globales.

Cada uno resuelve como puede y a su manera; y en tiempos y espacios diferentes. Ausencia de estrategias comunes y concertadas. Pintados Naciones Unidas y la OMS. No hay liderazgos de naciones o personajes. Son deficitarios en recursos materiales y humanos, todos los servicios de salud del orbe.

INSEGURIDAD. El retroceso económico y la penuria social son inmediatos. Como siempre, asimétrico, dependiendo de qué países y qué pobladores se trata.

Unas naciones, sectores y personas perderán más que otras. No hay punto de comparación con ninguna otra crisis anterior; esta es peor y más grave.

Va a ser lenta la recuperación y progresiva por tipo de actividades. Algunas demorarán más. Ya hay millones de gente sin trabajo y sin acceso a la alimentación, principalmente.

INCERTIDUMBRE. La inmensa mayoría en el país y el mundo tiene dudas razonables. Habrá menos inversión y empleo; y por ende, ingreso y consumo. Muchos se han quedado sin trabajo; algunos indefinido, otros prolongado.

Otros no tienen qué comer. Habrá más necesidades básicas insatisfechas y disminuirá la calidad de vida de la gente.

¿QUÉ HACER? Lo que ocurra dependerá mucho de nosotros. Ser más y mejores como seres humanos, personas, ciudadanos y trabajadores. Las crisis sacan lo mejor y lo peor de cada uno.

En el Perú, la inmensa mayoría viene demostrando valores y principios éticos y morales. Hay identidades y compromisos. Hay seriedad, serenidad y responsabilidad.

Pero en lo fundamental, exige una mayor incumbencia los liderazgos políticos y gubernamentales; así como empresariales, laborales y sociales.