18/01/2021 / Exitosa Noticias / Cultural / Actualizado al 09/01/2023
El 17 de enero de 1881, un día antes de conmemorarse un aniversario de la fundación de Lima, el ejército chileno ingresó a la capital peruana por el jirón de la Unión, rumbo a Palacio de Gobierno, luego de derrotar a los reservistas que pelearon con heroísmo en la Batalla de Miraflores, dos días antes.
Las banderas de naciones extranjeras ondeaban en la mayoría de las casas y las calles eran un cementerio cuando, desde Santa Beatriz, las tropas chilenas marcharon por el hoy Museo de Lima y siguieron por Belén y el jirón de la Unión.
El poeta José Santos Chocano, entonces un niño, recordaría hasta su vejez el sonido de las pisadas que dejaba a su paso la soldadesca sureña, así como la trompeta y los tambores que acompasaban ese maldito desfile que nunca se esperó en Lima.
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La ocupación chilena se prolongó por tres años y, el trauma de esa derrota, ha hecho olvidar que, en otros pasajes de nuestra historia y, en diferentes circunstancias, las tropas chilenas también llegaron hasta Lima, con trompetas de victoria.
Así fue el 12 de julio de 1821, cuando el general José de San Martín ingreso a la aún capital del virreinato peruano, y en los días siguientes llegó su ejército expedicionario de unos 4500 hombres, compuesto por argentinos y chilenos, y muy pocos peruanos.
Esa conquista de Lima, por parte de un ejército extranjero, lo celebramos hoy como el bicentenario de nuestra independencia, cuando el ejército realista donde el grueso de la tropa y la oficialidad era peruana- dominaba toda la sierra central y sur, hasta el Alto Perú.
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Sólo 17 años después, otro ejército chileno -esta vez con apoyo de algunos jefes peruanos, Ramón Castilla y Agustín Gamarra entre ellos-, derrotó al presidente Orbegoso en la Batalla de Guía o de Piñonate, y se posicionó de Lima la noche del 21 de agosto de 1838.
En esa segunda ocupación, las tropas chilenas al mando del general Bulnes se quedaron hasta noviembre de 1839.
