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OPINIÓN | Eduardo González Viaña: "El largo camino de Castilla"

"Se presentará en los cuarteles realistas, pero allí sentirá que aquello no es suyo. A galope lento, se encaminó hacia el cuartel del general San Martín".

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21/04/2020 / Exitosa Noticias / Uncategorized / Actualizado al 09/01/2023

Ramón Castilla hundió las manos en un arroyo de Sao Paulo, e hizo saltar gotas luminosas hasta su rostro. Tal vez pidió permiso al agua de la Amazonía para atravesar sus territorios y llegar a la otra orilla del continente.

Se internaría después en las selvas del Mato Groso. Atravesaría 11 mil kilómetros. Encontraría en los caminos serpientes, hormigas gigantes, abejas, arañas, anguilas eléctricas, mosquitos e incluso nativos hostiles.

Nada lo detuvo. Ramón acababa de cumplir 21 años. Pertenecía al ejército español desde los 15. .... Y a pesar de todo, al salir de la selva, cambió de idea...

La causa de la patria

Meses más tarde, cuando el joven teniente Ramón Castilla se acercaba al cuartel general de los patriotas en Huaura, el amigo que lo acompañaba en el otro caballo le pidió detenerse.

-Hasta aquí llegamos, Ramón. Vas a incorporarte al ejército de San Martín, y serás un traidor al rey. ¡Reflexiona!

Soldado de quince años

Nacido en 1797 en Tarapacá, Castilla se enroló cuando apenas contaba 15 años en el ejército realista. A los veinte años, cayó prisionero en la Batalla de Chacabuco en febrero de 1817, fue trasladado a Buenos Aires, y de allí escapó a Brasil, donde comenzó su aventura.

¿En qué momento de su largo camino, Ramón Castilla tomó la decisión de asumir la causa de la independencia de América como suya? ...

Lo que sabemos es que cuando llega al Perú el joven soldado realista que había sido preso en 1817 tiene tres años más y muchos más de experiencia.

Se presentará en los cuarteles realistas, pero allí sentirá que aquello no es suyo. A galope lento, se encaminó hacia el cuartel del general San Martín.

Castilla redimió a los indios, liberó a los esclavos acabó con la pena de muerte y con la cárcel por motivos políticos, e instituyó la libertad de prensa.

Nunca se sabrá lo que pasó por su corazón en el camino de la Amazonía. Durante meses, he recorrido los territorios de Castilla para escribir esta historia y, una semana antes de la crisis actual, ya estaban en impresión sus casi 600 páginas.

Beatriz Merino Lucero, presidente ejecutiva de la Universidad César Vallejo, leyó el original y se dio cuenta de que en ese libro se entiende la causa de la patria. Lo mismo hago yo ahora, introduzco mis manos en agua, las lavo con cuidado y les juro a mis compatriotas que nada ni nadie podrá destruir al Perú.