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Opinión | Eduardo González Viaña: El largo camino de Castilla

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GONZÁLEZ VIAÑA

13/11/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023

Se internó en las selvas del Mato Groso. Atravesó la Amazonía. Recorrió 11 mil kilómetros. Se trasladó a pie, en canoa, en mula y a caballo. Lo atacaron las tercianas, pero se recuperó. Fue apresado en un “quilombo”, pero siguió caminando. Encontró en los caminos serpientes, hormigas gigantes, abejas, arañas, anguilas eléctricas, mosquitos e incluso nativos hostiles.

Sin embargo, nada lo detuvo. Ramón Castilla acababa de cumplir 21 años. Pertenecía al ejército español desde los 15. Y estaba caminando hacia el Perú para volver a juntarse con sus compañeros, entre los cuales estaba su hermano... Y a pesar de todo, un día cambió de idea...

Soldado a los quince años:

Nacido en 1797 en Tarapacá, Castilla se enroló cuando apenas contaba 15 años en el ejército realista. De esa forma, participó activamente en las campañas militares contra los patriotas chilenos.

A los veinte años, como oficial de escolta del Brigadier español Casimiro Marcó del Pont, cayó prisionero con él tras la Batalla de Chacabuco el 12 de febrero de 1817.

Prisionero en Buenos Aires, podría haberse quedado allí a gozar de una especie de destierro. Sin embargo, escapó junto a otro oficial realista.

Se fue a Montevideo y Río de Janeiro y, allí, planeó el cruce a pie del bosque más enmarañado del mundo. Si no hubiera más que contarse de él, esa sola hazaña bastaría para justificar su vida.

El cambio

¿En qué momento de su largo camino, Ramón Castilla tomó la decisión de asumir la causa de la independencia de América como suya? ... ¿En qué momento supo que los esclavos eran también seres humanos?

Lo que sabemos es que cuando llega al Perú el joven soldado realista que había sido preso en 1817 tiene tres años más y muchos más de experiencia. Se encaminará hasta los cuarteles realistas, pero allí mismo sentirá que aquello no es suyo.

Castilla se despidió de sus antiguos amigos y, a galope lento, se encaminó hacia el cuartel del general San Martín.

Castilla redimió a los indios, liberó a los esclavos acabó con la pena de muerte y con la cárcel por motivos políticos, e instituyó la libertad de prensa. Se diría que es el fundador de la república.

Nunca se sabrá lo que pasó por su corazón en el camino de la Amazonía. Acabo de terminar de escribir la novela sobre ese viaje, y será el homenaje al bicentenario.