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OPINIÓN | Martín Belaunde Moreyra: ¿neutralidad papal en Venezuela?

El papa Francisco como experto diplomático ahora comienza a criticar a Maduro y le reprocha violaciones pasadas que antes ignoró.

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15/02/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023

Hasta hace muy pocos días la prensa internacional comentaba la neutralidad del Vaticano en el conflicto venezolano. Era una pregunta crítica en el sentido de que el apoyo del papa Francisco hacia el régimen de Maduro le daba un importantísimo as bajo la manga para perpetuarse en el poder. La neutralidad es una posición jurídica que el Derecho Internacional Público reconoció tradicionalmente y que rigió a plenitud hasta la terminación de la II Guerra Mundial. Suiza, Suecia e Irlanda fueron países neutrales durante esa conflagración.

El Vaticano, también lo fue en esa guerra. No le quedaba otra alternativa porque le era imposible desconocer el Tratado de Letrán que la vinculaba con Italia dominada por el fascismo. Luego, después de la caída de Mussolini, estuvo rodeado de las fuerzas alemanas de ocupación. Recién con la liberación de Roma por el ejército norteamericano, el Vaticano recuperó su libertad de acción, aunque por obvias consideraciones fue inclinándose gradualmente hacia las potencias aliadas.

Después de la fundación de la Naciones Unidas en 1945 el neutralismo fue una posición adoptada por un grupo de países afroasiáticos, liderados por la India e Indonesia, para mantenerse al margen de la Guerra Fría. Esa posición colapsó con la caída de la Cortina de Hierro y del Muro de Berlín, seguida un año después de la disolución de la Unión Soviética. ¿Quién podía ser neutral en esas condiciones si China y Rusia al finalizar el siglo XX se convirtieron en socios de los Estados Unidos dentro del Consejo de Seguridad?

Existía un concierto mundial y la neutralidad parecía cosa del pasado, al extremo que Suiza tomó la decisión de ingresar a las Naciones Unidas. En febrero de 2019 tenemos un cuadro geopolítico algo distinto. Rusia, China, Norcorea y Cuba, apoyan a la dupla Maduro/Diosdado. A ese grupo debe sumarse algunos países islámicos como Argelia e Irán. ¿Qué va a hacer el Vaticano, sumarse a esas potencias en contra de la voluntad del pueblo venezolano? Sería un suicidio teniendo en consideración que Venezuela es un país mayoritariamente católico y que la Iglesia Católica venezolana ha mostrado su rechazo a la dictadura de facto que aún la oprime. El papa Francisco como experto diplomático ahora comienza a criticar a Maduro y le reprocha violaciones pasadas que antes ignoró. El panorama es otro y la neutralidad del Vaticano cambia de sesgo a favor de Juan Guaidó.