29/04/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
La pandemia nos ha mostrado, fuera del mucho dolor y sufrimiento, también nos expuso, y lo continúa haciendo, algo presente, pero escondido, por el vivir diario. Emisoras, periódicos, televisión nos mostraron galenos de un alto nivel y, con ello, fueron enseñándonos cuál era la dimensión de la pandemia señalada como solo un resfriadito, en un comienzo, por irresponsables.
Nuestras compañeras y compañeros productores, aquellos que organizan los programas detrás del micrófono, estamos seguros que ya deben poseer largas listas, con nombres y apellidos, de facultativos especialistas transformados, con sus exposiciones, en verdaderos maestros, permitiendo a la ama de casa, al mayor y al menor del hogar, conocer a quien enfrentábamos y, los estragos próximos a vivir. Más tarde fueron confirmando lo que venía para toda la comunidad aún vigente con dolor, miseria, errores y abuso por parte de algunos con poder. ¿O no fue así?
Los médicos fueron apareciendo paulatinamente, con diferentes especialidades, con las cuales nos fuimos familiarizando.
Cada aparición de un médico era, y lo continúa siendo, una entrega de conocimientos y actitudes. Nos enseñaron a lavarnos las manos - lógicamente donde hay agua- con jabón las más veces posibles en el día. Nos recomendaron la distancia social. Lo bueno del tapaboca y nos mostraron lo muy importante que era llegar a nuestra casa, y cuidar a nuestras familias. Cuidar a los nuestros. La labor de los especialistas, por las radios resulta muy importante, y seguirá siendo de valor.
Las ondas radiales llegan todos los días donde se quiera tenerla presente. El italiano Alessandro Volta inventó la batería y ello, a la radio, le permite estar, por ejemplo, donde no hay luz y ella está viva, como decía el slogan “está más cerca de la gente”. Otros, sin luz no están.
El mensaje médico de estos días NUNCA, así con mayúscula, en todo el país, estuvo ausente. El receptor siempre está y estuvo vivo. No se detiene.
Algo importante fue comprobar, cómo los doctores, de a poco, fueron aprendiendo a hablar para la gente. Ellos suelen hablar para sus colegas. Les cuesta hacerse entender por el común de la gente. Alguien decía que los médicos hablaban como escribían. Solo lo entienden los farmacéuticos. Los boticarios. Ahora se nota un cambio y hablan en fácil. Para todos.
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