OPINIÓN | Víctor López: 'Identidad y compromiso/ Responsabilidad y solidaridad'

El país y el mundo enfrenta un enemigo común que nunca imaginaron políticos y gobernantes. Excepto la dictadura comunista oriental, si algún día se demostrase que su aparición en su territorio (de allí su denominación de epidemia china) no fue una “transición natural” de animales a humanos; sino “producto de laboratorios” con fines inconfesables propios de imperialismos por el dominio global; pugnas en lo que “todo vale”.

Aun cuando lo que sí está comprobado (porque lo han reconocido), es que ocultaron la información al mundo; al punto que reprimieron al médico que alertó sobre la aparición del coronavirus y que terminó muerto.

También existen sospechas y hasta evidencias de que la cantidad de fallecidos no es, en modo alguno, la cifra minúscula oficial, sino multiplicada; como han dado cuenta importantes diarios norteamericanos citando fuentes de seguridad nacional.

Hasta aquí, una absoluta falta de identidad y compromiso con el mundo y con la humanidad. Ante un embate como el que estamos confrontando en el país y el mundo, casi nadie ha estado debidamente preparado.

Incluso países desarrollados como Estados Unidos, Italia, España están sufriendo las terribles consecuencias de este mal, colapsando sus servicios de atención, que aparecen insuficientes para atender la demanda creciente.

Incluso, estamos asistiendo a una increíble “piratería por los insumos básicos”; al extremo que se detienen aviones para apropiarse de tales mercancías. Está en juego la salud y la vida, donde también “todo vale”.

Es que estamos viviendo una situación extraordinaria donde hay que buscar alternativas igualmente excepcionales. Ser mucho más responsables con uno mismo y con los demás, especialmente solidarios en esta coyuntura dura y difícil para todos, en particular para los más débiles en el plano económico y social; sobre todo para los segmentos en pobreza y pobreza extrema y para los informales, trabajadores independientes y micro y pequeños empresarios.

Incluso, para el segmento de trabajadores de servicios más afectados que son los vinculados con el turismo, gastronomía, hotelería, espectáculos. Por eso, estaría bien que adicionalmente a los recursos públicos que son de todos los peruanos, destinados a proteger a las familias y a las empresas para evitar que quiebren y se pierda el empleo, “también se mojen” los que más tienen: las grandes fortunas y las altas remuneraciones de un segmento privilegiado del sector público. “Lo están haciendo en otros países. Ya se apuntó el Congreso”.