13/12/2019 / Exitosa Noticias / Uncategorized / Actualizado al 09/01/2023
Según el estudio Global Urban Ambient Air Pollution Database de la Organización mundial de Salud (OMS) publicado en el 2018, Lima es la segunda ciudad más contaminada de América Latina y la número 22 a nivel mundial.
Al respecto, Mayra Arauco, Doctora en Ingeniería Química y Directora de la carrera de Ingeniería en Gestión Ambiental de la Universidad ESAN, indicó que sin duda diciembre se convierte en el mes más contaminado del año debido a la gran cantidad de pirotécnicos que se utilizan, especialmente en la fiesta de Año Nuevo, fecha en la que la contaminación ambiental llega a sus máximas concentraciones, siendo más o menos entre 8 a 10 veces del promedio anual.
“Los pirotécnicos contienen oxidantes (percloratos), estos se activan con el oxígeno ocasionando la explosión. Cuando los utilizamos en cantidades excesivas, esta serie de químicos finalmente cargan la atmósfera y se disuelven en el agua, contaminando así ríos y mares. Lógicamente estos llegan a nuestro destino a través del agua potable, por eso siempre vamos a estar sujetos a un tipo de contaminación”, explicó Arauco.
Asimismo, la docente universitaria, agregó que la contaminación atmosférica por pirotécnicos pueden agravar las condiciones de las personas que sufren ciertas enfermedades, como por ejemplo asma. En lo que respecta a contaminación sonora, afirmó que los más afectados son los animales, por ser los más sensibles a los ruidos.
En este sentido, Arauco recomendó limitar el uso de estos productos ya que abarca dos tipos de contaminación, la ambiental y la sonora. “Es verdad que actualmente existe un mayor control del uso de los pirotécnicos y con el tiempo ha ido disminuyendo, pero una buena idea sería lograr que esto se realice en un área descampada, como una especie de espectáculo y a esto sumarle una buena gestión ambiental, eso podría ser una buena solución, finalizó.
Cabe precisar que, Greenpeace y AirVisual, revelaron en un último informe que Lima registró durante los meses de mayo y junio niveles de contaminación que no eran saludables para grupos sensibles.
