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OPINIÓN | Dennis Falvy: "Sin Ningún respaldo"

"La primera emisión fue a 550 libras por acción, hubo un exceso de demanda, y pronto se cotizó al doble del precio".

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18/04/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023

Hoy en día que los bancos centrales a tenor de la pandemia están emitiendo monedas fiduciarias, es decir sin respaldo, por billones, la figura de John Law es recordada pese a que ya han pasado 300 años desde que este personaje huyera de Paris.

Law matemático brillante y tahúr no siempre ganaba y fue expulsado por deudas de varias ciudades europeas. Era un encantador de serpientes y concitó la atención de Philippe d´Orleans. En 1715 Luis XIV murió dejando las finanzas en situación de desastre.

Debía 3000 millones de libras francesas y recaudaba apenas 142. En esas circunstancias el duque de Orleans consiguió que el Parlamento lo nombrara regente con pleno poderes y llamó su amigo Law, quien había escrito libros sobre el dinero y su idea era usar papel moneda sin respaldo alguno.

En 1716 se creó el Banque Génerale quien emitió el dinero fiduciario. A su éxito siguió la consolidación de las compañías comerciales francesas en un monopolio denominado Compagnie du Mississippi y en 1719 emitió acciones.

La primera emisión fue a 550 libras por acción, hubo un exceso de demanda, y pronto se cotizó al doble del precio. Las acciones posteriores

se emitieron en 1.000 y luego en 5.000 libras.

Se creó un círculo vicioso, en el que se necesitaba una creciente oferta de dinero para impulsar el precio de las acciones de la empresa de Mississippi y asimismo se requería un aumento en el precio de las mismas para mantener la confianza en el sistema del papel moneda. Por más que trató, Law no pudo evitar que la burbuja explotara.

La idea de una moneda “fiduciaria” fue sinónimo de imprudencia durante dos siglos y el vínculo entre el dinero y el oro de mantuvo hasta la década de 1970, cuando expiró el primigenio sistema de Bretton Woods.

Law abandonó su fortuna y huyó con un diamante, que se llevó a Venecia, donde murió nueve años después, en la pobreza.