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Pishtacos, los sanguinarios degolladores de los Andes

Macabra historia de un hombre que cubre de muerte el camino que pisa.

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09/07/2022 / Exitosa Noticias / Cultural / Actualizado al 09/01/2023

La sierra del Perú es uno de los escenarios que marca el universo de personajes míticos y las historias que describen sus vivencias en aquellos tiempos donde la memoria era la única fuente para almacenar estos relatos asombrosos que forman parte de nuestra identidad y que han logrado perdurar en el tiempo gracias al denominado boca a boca de las generaciones.

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Una de ellas se refiere a los pishtacos, degolladores o naqak, nombre que se adoptó para dar vida a la leyenda de los sacaojos, tal como refiere un informe de la web periodística Infobae.

Para ello cita al historiador y escritor Merlín Chambi Gallegos, quien lo define como el conjunto de creencias que se han ido acomodando y moldeando a los cambios estructurales que vivimos en el pasado y se trasladan al presente.

“Si llegamos a pensar que los mitos son puros como en el incanato, esto realmente no es así. A lo largo del tiempo, con el conjunto de las tradiciones cristianas o las religiones protestantes, estas se van fusionando y engendran formas de concebir esta mitología. En historia lo llamamos sincretismo”, anota Chambi.

En el antiguo Perú, los antepasados recurrían a estos discursos fantásticos o míticos para explicar el orden del mundo, y “se convierten en una forma de lidiar, sostener y darle sentido a nuestra existencia”.

Es así, añade Chambi, que ligado a este contexto cultural y social, cobra vida un personaje que se convirtió en un sinónimo del temor y miedo a lo desconocido. Los indígenas le otorgaron el nombre de pishtaco, naqak o el degollador.

Lo que se ha podido conocer gracias a las variantes de la leyenda es que los degolladores extraían la grasa de los cuerpos para beneficiar a la industria farmacéutica del virreinato.

Otros optan por la versión de que la sustancia era untada en las campanas para darles un brillo único. La circulación del miedo hacia estos seres causó que el rechazo se expandiera, por lo que se generó un concepto sobre ellos y lo que hacían.

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