11/01/2022 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
Han pasado seis años desde que los médicos del Hospital Guillermo Almenara Yrigoyen le amputaron a Shirley Meléndez las manos y los pies tras un cuadro de cálculos renales, y la joven de 31 años siguen sin recibir justicia.
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Lejos de haber sido indemnizada por una presunta negligencia médica o apoyada para comprar las prótesis, Shirley solo recibe indiferencia, pues, según su testimonio, EsSalud continúa dilatando el caso.
Este martes 11 de enero, la joven y su abogado Jorge Albertini llegaron a los estudios de Exitosa para relatar el caso y la lucha que han emprendido desde el 2016.
Shirley fue operada tres veces por cálculos renales entre enero y febrero de aquel año. A pesar de no haber sido sometida a exámenes para corroborar si no quedaba algún cálculo, fue dada de alta.
Diez días después del alta médica, tuvo problema para miccionar y decidió regresar al Hospital Almenara, donde los médicos notaron que aún tenía tres cálculos, por lo que le volvieron a colocar otro catéter.
“Ingresé al Hospital Almenara en el año 2016 para ser operada de cálculos renales. Luego de las operaciones me dijeron que no tenía cálculos, no me hicieron exámenes y me dieron de alta”, detalló.
Horas más tarde comenzó a sentir un fuerte dolor en el riñón, pero en lugar de ser atendida a tiempo permaneció, según su abogado, hasta doce horas en el pasillo de emergencias sin recibir atención oportuna.
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Cuando no soportó más y se desmayó, los médicos actuaron y se percataron que Shirley tenía una infección generalizada, motivo por el cual fue inducida al coma. También tuvo un paro cardiorrespiratorio y, tras ello, los galenos notificaron a los padres que los tejidos de los brazos y pies de la joven tenían necrosis, por lo que debían ser amputados.
“Me tuvieron abandonada durante horas en el pasadizo de emergencias con un riñón obstruido y la orina que me contaminaba por dentro, lo que me causó una septicemia que luego se convirtió en un shock séptico y causó que mis extremidades se necrosen. Ahora estoy amputada de ambas pies y manos”, detalló.
“Si antes de darme de alta, me hubiesen tomado un examen para ver si salió bien la operación, no estaría acá. Una paciente con obstrucción renal debe recibir tratamiento en los próximos 10 minutos, pero eso no se hizo”, lamentó Shirley.
◼ Lucha por justicia
Desde el 2016, Meléndez ha emprendido una batalla, que a veces parece perdida, para conseguir justicia y una indemnización.
Su abogado, Jorge Albertini precisa que los médicos, acusados de cometer la negligencia, han alegado que dispusieron amputar los pies y manos de Shirley tras la complicación del cuadro de obstrucción renal. Pero el letrado se pregunta: “¿Por qué se llegó a ese nivel de infección? Porque a ella la dejaron 12 horas abandonadas en un pasillo”.
Shirley exige apoyo económico para pagar las prótesis, que deben ser cambiadas una vez al año y, adicional a ello, requieren de constante mantenimiento. También pide tener la opción de recibir atención médica en otro centro de salud, pues - a la fecha - continúa acudiendo al Hospital Almenara.
Para la joven, resulta traumático regresar una y otra vez a aquel nosocomio. Afirma que no hay día en que no sufra ataques de pánico por el trauma que la ha quedado desde el día en que perdió sus pies y manos.
“Estoy condicionada a llevar mis atenciones y el tratamiento psicológico en el Hospital Almenara, o sea en el mismo centro donde he sido víctima de negligencia”, lamenta.
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