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OPINIÓN | Julio Schiappa Pietra: "Las minas para los que las trabajan"

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12/02/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023

En una nota reciente para la web Sinfloro, Horacio Gago, Doctor en Derecho resume ideas pioneras que hoy comparto con ustedes:

"Una de las causas de la informalidad es la falacia, es decir una verdad imposible de cumplir o absurda per se. El oro es un ejemplo. Hoy en día el oro informal es probablemente el 75% del oro que el Perú exporta. Los mineros acogidos a la ley de pequeña minería pagan coimas a diestra y siniestra en toda la cadena que la reglamentación absurda obliga, para certificar y vender ese oro.

El resultado: solo los más avezados de los mineros completan la cadena. Los otros, los de a pie, deben limitarse a mal vender su oro a los acopiadores.

Un principio, casi un dogma, en materia de propiedad reza que la propiedad brinda el goce de una cosa, pero a la vez deberes. Si se establecieran claramente los deberes, la informalidad disminuiría porque los propietarios estarían actuando dentro de la ley, y ésta los protegería, en vez de combatirlos como ahora. La informalidad campea ahí donde la ley no ayuda sino obstruye.

La propiedad es un derecho ambivalente, da ventajas al dueño pero a la vez le carga de responsabilidades. El dueño puede sacar ventaja en el disfrute exclusivo del bien, en alquilar o hacerse del precio si decide vender, pero a la vez debe conservarlo en buen estado, pagar impuestos y compartir su lucro excesivo o cederlo en tiempos de guerra. En consecuencia, tener claridad sobre lo que pertenece a cada quien, es esencial.

El nuevo y corto Congreso peruano del 2020 puede superar la monotonía del “fujimorismo versus

antifujimorismo” que caracterizó al anterior disuelto, si aborda este tipo de temas de fondo. Ya, algunos de los flamantes grupos están indagando, felizmente, sobre como descifrar la piedra roseta de la propiedad de los recursos naturales.

No es lo mismo el recurso agua, aire, que el oro de los ríos, la plata, zinc o el cobre del subsuelo, el litio, uranio, molibdeno, la dolomita, el gas, la madera silvestre, los animales silvestres, los tesoros perdidos, los huacos y las huacas, los telares Paracas. El Estado es una coraza externa a la persona para brindar lo indicado: seguridad, libertad y dar solución a los conflictos. La defensa nacional es una razón poderosa para destinar la propiedad de ciertos recursos al Estado, como el uranio o el litio, por ejemplo. ¿Pero también las otras riquezas?, ¿a cuento de qué? ¿Para engrosar la burocracia y seguir privilegiando su casta?

Contestar la pregunta: los recursos son de “todos los peruanos” es una frase falaz, más retórica que real. No existe un RUC de nadie que se llame “todos los peruanos”. Y el Estado no representa a ese gran conglomerado. El Estado es una entelequia inventada para brindar seguridad a los contratos, seguridad física y libertad a las personas, resolver conflictos y establecer medidas de control de la violencia mediante la juricidad"

Hasta aquí el brillante texto del Dr. Horacio Gago. Yo, basado en mi larga experiencia en la gestión de conflictos políticos y sociales, creo que estas ideas obligan a repensar las soluciones para la minería peruana. Una reestructuración de la propiedad del subsuelo puede ser precedida de un proceso de reconocimiento de la propiedad de hecho de los yacimientos en proceso de explotación, reestructurando el sistema de concesiones en manos de rentistas, en abandono, o dejadas producir. Esta primera etapa, previa a la revolución de la propiedad del subsuelo por parte de los dueños de la superficie, que Hernando de Soto y Horacio Gago proponen, se basaría en que "las minas para los que las trabajan".