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OPINIÓN | Alfredo Aguilar: "El ministro del apocalipsis"

"Pasar a la historia de la educación como un ministro apocalíptico es un mérito de funcionarios en gobiernos dictatoriales".

23/04/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023

Martin Benavides Abanto, sociólogo por la PUCP, es el tercer ministro de Educación del periodo de Vizcarra.A los pocos meses de haber sido

admitido como profesor de la misma universidad, 2018, logró que lo nombraran presidente de la temida SUNEDU.

Nada llamaría la atención si no fuera por las siguientes declaraciones del ministro en cuestión, a mi juicio sumamente irresponsables. 1.”En el conflicto entre la escuela privada y los padres de familia por las pensiones, el gobierno no puede intervenir, es cosa entre privados”.

Aclaremos, los colegios privados al igual que los estatales prestan un servicio público esencial. Otra cosa es el tipo de gestión. 2.” Los padres de familia pueden trasladar a sus hijos a los colegios públicos.

Hemos dispuesto que las Ugeles abran el sistema de matrícula”. Cambiar de escuela por razones económicas eventuales, producto de una pandemia sanitaria sin que el gobierno cumpla su obligación de orientar sobre la diversidad de proyectos educativos estatales, antes de adoptar una decisión trascendental que puede marcar la vida futura de un niño, es insensato y censurable.

Las decisiones de Benavides usando su poder, (eventual) colisionan frontalmente con el fin último de la escuela moderna. Obligar a los niños a virar 180 grados, ajustándose por la fuerza a una escuela imaginaria en lugar que la escuela se acomode a ellos es una propuesta cruel. Nadie tiene el derecho de restringir la creatividad, la intuición y la precocidad espontánea de los niños.

Cambiar de escuela es fácil, apropiarse de ella es lo difícil. Las últimas declaraciones de Benavides han agravado el enfrentamiento absurdo entre la escuela privada y la pública tensionada desde antiguo por la matrícula.

En vez de asumir un liderazgo concertador, que ponga por encima el derecho a la educación de nueve millones de escolares, Benavides prefirió usar las mismas armas que lo hicieron temible: cerrar universidades.

Pasar a la historia de la educación como un ministro apocalíptico es un mérito de funcionarios en gobiernos dictatoriales. Cuando no se conoce a profundidad la realidad y diversidad de las escuelas peruanas se cometen estas tropelías que al final terminan afectando a los más vulnerables.

Quizá convendría recordarle a Benavides que la Constitución y la Ley General de Educación sobre la materia dicen: el Estado reconoce, valora y apoya a la educación particular.

¿Qué apoyo es ese que amenaza con sancionarlas sino cumplen con presentar informes de reajuste curricular aplicadas por las Ugeles? Los padres que migran de la pública a la particular, siguen aportando al sostenimiento de la primera cuando tributan.

Al ir a la particular hacen una inversión adicional al pagar una pensión por el servicio educativo. ¿No sería justo que el presupuesto que el gobierno asigna por cada estudiante cuando se matricula en la pública migre también con él cuando ejerza su derecho constitucional de cambiarse a un colegio particular?

Finalmente la decisión de aplazar indefinidamente el reinicio de las labores presenciales contradiciendo su propia decisión de hacerlo el cuatro de mayo es otra demostración de impericia y negligencia. Ministro Benavides, ¿ha pensado en renunciar? Es una simple pregunta, espero no incordiarlo, no es mi intención.

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