
27/05/2019 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 09/01/2023
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, recibió este domingo un espaldarazo y el voto de confianza de electores y simpatizantes, que salieron en masa a las calles de varias ciudades justo cuando su Gobierno afronta problemas para sacar adelante una polémica reforma de jubilaciones.
La fuerza del electorado del líder de ultraderecha, que en cinco meses de Gobierno colecciona una serie de polémicas y desentendimientos, da cierto respiro al mandatario, quien durante un culto evangélico en Río de Janeiro señaló que las manifestaciones "no eran a favor del presidente" y "sí del futuro" del país.
Las manifestaciones pro Gobierno convocadas para las calles de las principales ciudades del país se realizan once días después de multitudinarias protestas lideradas por los estudiantes, a las que se sumaron sindicatos y movimientos sociales, como una reacción a los cortes anunciados para la educación pública superior del país.
A pesar de que las movilizaciones de este domingo fueron convocadas para presionar al Congreso en la aprobación de la reforma jubilaciones y del paquete de medidas de combate al crimen del ministro de Justicia, el exjuez anticorrupción Sergio Moro, terminaron convirtiéndose en un acto explícito a favor de Bolsonaro.
Respaldo al “Mito”
Los simpatizantes salieron en su mayoría con camisetas amarillas y verdes, los colores nacionales, y algunos portaban carteles con mensajes de respaldo al 'Mito', cono es llamado Bolsonaro por su electorado, y en contra del Supremo Tribunal Federal (STF), la corte suprema del país y de la que viene siendo fuertemente criticada.
Algunos muñecos inflables gigantes del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, vestido de presidiario y quien cumple pena por corrupción en Curitiba (sur) por una decisión inicial de Moro, fueron también exhibidos en varias ciudades donde se realizaron las manifestaciones.
Otro inflable gigante de Supermán, con la cabeza de Moro, fue expuesto también en la Explanada dos Ministerios, en la capital Brasilia, mientras que agitadores de masas y algunos líderes religiosos subieron a los camiones de sonido para expresar palabras de apoyo a Bolsonaro.
La Orla de Copacabana, en Río de Janeiro, que es la cuna política de Bolsonaro, presentó una de las mayores concentraciones desde tempranas horas de la mañana, mientras que en capitales del norte, como Sao Luis (Maranhao) y Belem, en el amazónico estado de Pará, se evidenció también la fuerza de los simpatizantes.
La adhesión al movimiento pro Bolsonaro en doce de los 26 estados y el Distrito Federal había tenido el rechazo de aliados políticos, incluso del presidente de su propio Partido Social Liberal (PSL), el diputado Luciano Bivar, que las consideró "sin sentido", pero respetó su "validez".