
28/04/2019 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
Antes de asumir protagonismo en el APRA, Alan García cursó estudios de doctorado en derecho y sociología, primero en la Universidad Católica y en San Marcos reforzó en la Complutense de Madrid y, luego, en la Universidad de París, donde vivió varios años. Por pedido del líder aprista Víctor Raúl Haya de La Torre, Alan García retornó al Perú en 1978, para participar activamente en la política peruana. Ese mismo año, formó parte de la Asamblea Constituyente, convocada en los últimos años del gobierno militar que duró 12 años (1968-1980).
Cuando Fernando Belaunde Terry, gana las elecciones de 1980 con Acción Popular, Alan García fue electo diputado por el departamento de Lima. Esto ayudó a que su presencia adquiera notoriedad en el APRA hasta convertirse en secretario general del partido. Alan García fue candidato presidencial del APRA en las elecciones generales de 1985 y se impuso con una amplia mayoría en primera vuelta; sin embargo, tal como señala la Constitución Política del Perú, se convocó a segunda vuelta, aunque ante la abrumadora victoria de García, su rival Alfonso Barrantes Lingán se retira de la contienda.
Con 36 años, durante su primer gobierno, Alan García se ganó el apoyo popular debido a su juventud y discurso dirigido a los trabajadores y los pobres, convirtiéndose en un ejemplo en América Latina. Incluso en Argentina se repetía la frase “Patria querida, dame un presidente como Alan García”. El fuerte crecimiento de la economía peruana, que alcanzó el 10% en 1986, hizo que el presidente Alan García goce de buena reputación, pero ante la reducción de la capacidad de gasto y los problemas de hiperinflación en el Perú. Con la escasez de productos y crecimiento de la deuda externa, el panorama cambió. Alan García, además, tuvo que lidiar con el brote del terrorismo con el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) y Sendero Luminoso.
La estatización de la banca
El 28 de julio Alan García presentó ante el Congreso de la República el proyecto de estatización de la banca. El “programa heterodoxo” de García exigía la reinversión de las ganancias que los empresarios habían obtenido con el aumento de la demanda para generar empleo y la economía no se detuviera. Sin embargo, los empresarios no reinvirtieron y García interpretó que lo habían traicionado. La estatización de la banca era precisamente una medida para controlar los capitales e inyectarlos a la economía. El proyecto despertó la oposición de los sectores empresariales y de la derecha política, destacando la figura de Mario Vargas Llosa entre los opositores. En el Congreso la aprobación del proyecto demoró varios meses y un juzgado lo declaró improcedente. La estatización no llegó a ser efectiva, aunque marcó un antes y un después en el gobierno de García.
Hiperinflación
Como política de gobierno, García Pérez aplicó una de las medidas más impopulares de su mandato: el proyecto de estatizar la banca para frenar la inflación. En 1990, el líder aprista salió del poder con una aprobación de apenas 21%, aunque se convirtió en senador vitalicio. Tras ser investigado por presunto enriquecimiento ilícito, Alan García fue desaforado, aunque luego lo restituyeron por falta de pruebas. Cuando el entonces presidente Alberto Fujimori disolvió el Congreso de la República en 1992, Alan García solicitó asilo político en la embajada de Colombia. Este fue concedido por el mandatario colombiano César Gaviria.
Alan y su ego colosal
? Un perfil psicológico elaborado por la Embajada de EE.UU. en Lima describe al expresidente peruano como desconfiado y arrogante.
? El estado emocional del presidente de Perú, Alan García, fue objeto de un demoledor informe enviado por la Embajada de Estados Unidos en Lima a petición de Washington pocos meses después de que el mandatario asumiera su cargo, en julio de 2006. En algo más de cinco folios de carácter secreto el entonces embajador, J. Curtis Struble, presenta además a García como un político con gran dominio de la escena y sentido de la teatralidad. Arrogante, desconfiado y con “un ego colosal”.
? El embajador Struble hace eco de posibles “trastornos maníacos depresivos o desórdenes bipolares” del mandatario que, aunque sin confirmación, son objeto de rumores “ampliamente extendidos”. Los contactos de la Embajada que tienen acceso directo al presidente de Estados Unidos explican que ha sido siempre depresivo, con tendencia a inesperados accesos de entusiasmo, hundimiento en el mal humor y abruptos cambios de opinión. “Se encierra en sí mismo y rechaza el contacto público durante días”.
? Los mismos informantes señalan que el presidente peruano se medica con litio, un antidepresivo, pero la Embajada cautelosa destaca que no dispone de informaciones que confirmen que tome medicación alguna. Las especulaciones sobre la salud emocional de García surgen en el Perú durante la última etapa de su primer mandato presidencial (1985-1990), como resultado de una situación política inestable y caótica en lo económico, su índice de popularidad se desploma.
? El informe añade: “En público tiende a impresionar con la pose majestuosa presidencial, sacando pecho, con la cabeza alta y brazos y manos gesticulando en una formal y casi coreográfica manera de un líder”, describe el diplomático. En cambio, en privado, García es informal, considerado y con encanto. “Un aspecto en torno al cual hay casi un acuerdo universal es que García tiene un ego colosal que le puede cegar ante los méritos o las buenas ideas y alternativas que vengan de otro que no sea él”, recalca el mensaje, que incide: “El ego de García es su talón de Aquiles y podría tener consecuencias contraproducentes para el actual Gobierno, especialmente si no se vigila”.
El legado de Haya de la Torre
? Alan Gabriel Ludwig García Pérez nació en Lima el 23 de mayo de 1949. Fue criado en una familia ligada al aprista peruano APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre, quien sería descubridor y mentor del fenómeno de la política peruana, dos veces elegido presidente de la República.
? Su trágica muerte genera controversias y abre polémicas en calles, plazas y universidades entre sus seguidores y adversarios políticos. Cuando apenas tenía 13 años de edad conoció personalmente al fundador del APRA. Sus dotes de oratoria le valieron distinciones y halagos desde sus épocas de estudiante.
? Definitivamente, el encuentro con Haya de la Torre marcaría su vida para siempre. En 1965 Alan tenía 16 años y asistía con asidua puntualidad a los famosos “coloquios” que Haya de la Torre impulsaba entre los jóvenes apristas en la Casa del Pueblo. Alan era de los que llegaban temprano a Alfonso Ugarte para lograr un mejor asiento y escuchar de cerca a Víctor Raúl.
Escrito por: Roberto Sánchez Reyes