
26/06/2025 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 26/06/2025
Con una advertencia contundente, la Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA) ha emitido una alerta sanitaria sobre el uso del colorante artificial tartrazina (INS 102) en alimentos dirigidos principalmente al público infantil.
Este compuesto sintético, derivado del petróleo, se encuentra en una amplia variedad de productos procesados de consumo masivo como gaseosas amarillas, caramelos, snacks, sopas instantáneas, gomitas y gelatinas.
Según los especialistas, la exposición frecuente a este aditivo puede tener consecuencias graves en la salud. Pierina Papadópulos, nutricionista consultada por Canal N, alertó que el consumo de tartrazina se ha asociado con hiperactividad en niños con TDAH, erupciones cutáneas, migrañas y alergias severas. "Es un compuesto altamente tóxico, especialmente peligroso en niños", subrayó.
¿Qué dice la normativa peruana sobre este aditivo?
La legislación actual permite el uso de tartrazina siempre que no se exceda la dosis de 7.5 miligramos por kilogramo de peso corporal. Sin embargo, en la práctica, este control es difícil de aplicar. La industria alimentaria no toma en cuenta el peso individual de cada consumidor ni su frecuencia de ingesta, lo que puede llevar a exposiciones acumulativas peligrosas.
Ante esta situación, DIGESA ha dispuesto que los productos que contengan tartrazina lleven un etiquetado de advertencia obligatorio, aunque su implementación tomará hasta 365 días calendario. Durante ese lapso, los productos con este aditivo seguirán circulando sin cambios visibles en su presentación.
¿Por qué se pide su prohibición en Perú?
Expertos en nutrición y salud pública han cuestionado el enfoque regulatorio actual. "Un año es demasiado tiempo para seguir exponiendo a la población infantil a un componente tan perjudicial", opinó Papadópulos.
Además, resaltó que países como Noruega, Austria y Suecia ya han prohibido completamente este colorante debido a su impacto negativo comprobado. Los especialistas proponen reemplazar los aditivos artificiales por colorantes naturales como el betacaroteno o la cúrcuma, que además de brindar color, aportan beneficios nutricionales.
A su vez, recomiendan reforzar la educación alimentaria en escuelas y hogares, ya que muchos padres desconocen la presencia de este tipo de compuestos en los productos que compran para sus hijos. La alerta de DIGESA sobre la tartrazina evidencia la necesidad de revisar con mayor rigurosidad el uso de aditivos en productos dirigidos a niños.
Aunque el etiquetado obligatorio es un avance, su aplicación tardía y la falta de control sobre el consumo individual mantienen expuesta a una población vulnerable. La sustitución por alternativas naturales se perfila como una opción viable y más segura para la industria alimentaria.